El estreno del Real Madrid en la Copa del Rey permitió a Carlo Ancelotti introducir rotaciones masivas. El técnico madridista dio descanso a gran parte de sus titulares y optó por sus menos habituales, a los que les llegaba por fin la oportunidad de demostrar que pueden ser una garantía para el técnico en los momentos en los que sea necesario. Sin embargo, no era el partido más propicio para lucirse y, como tal, el plan B cumplió ante el Alcoyano, pero sigue sin convencer.
Hasta siete jugadores de los menos habituales se colaban de inicio de cara a los dieciseisavos de la Copa. Ancelotti alineó a cuatro de los jugadores que fueron de la partida ante el Getafe, cambiando a más de medio equipo, incluyendo al portero. Lunin, Nacho, Marcelo, Valverde, Camavinga, Hazard y Mariano tenían la oportunidad de dar un paso al frente, pero fueron nuevamente los que más minutos tienen los que terminaron certificando el pase a la siguiente fase.
Destacó por encima de todas la actuación de un Eder Militao imperial, que marcó, cumplió como ningún otro en defensa y, además, fue uno de los protagonistas en la acción del segundo tanto, marcado por Asensio. El balear es otro de los que más minutos acumula de toda la plantilla y, pese a no ser indiscutible, suma ya siete goles en lo que va de temporada entre todas las competiciones.
Del resto, poco que decir. El partido trabado que planteó el Alcoyano llevaba al Madrid a tener que tirar más de oficio que de calidad, lo que impidió ver un gran despliegue de recursos técnicos sobre el césped. Salvo el caso de Camavinga, que parecía omnipresente, el resto del plan B tuvo una actuación discreta en Alcoy.
El fondo de armario del Real Madrid dejó una vez más escapar una oportunidad para ganar peso. El conjunto madridista cumplió con la tarea de alejar los fantasmas del pasado curso, en el que quedaron apeados ante el mismo rival a las primeras de cambio, y lo hizo de forma práctica, pero sin enamorar. Supieron aguantar, sufrir y, al final, con más suerte que puntería, acabaron obteniendo el billete para los octavos de final.
Dependencia de la vieja guardia
Desde que el Real Madrid comenzó a mostrar dudas al comienzo del curso, Ancelotti lo tuvo claro. El técnico se decantó por la vieja guardia, a la que se sumó también Vinicius, para encauzar la temporada. Desde la derrota ante el Espanyol a primeros de octubre, el conjunto blanco encadenó 15 partidos consecutivos sin conocer la derrota, provocando que el italiano redujese las oportunidades para el resto. Es en Copa donde puede tomarse el privilegio de apostar por ellos para que vayan reenganchándose a la dinámica de sus titulares, pero aún están lejos de ese nivel.
El conjunto madridista acusa en exceso la ausencia de jugadores como Modric, Kroos, Benzema y Vinicius. Pese a contar con garantías atrás como eran Militao, Alaba o Casemiro, los blancos apenas dispusieron de buenas oportunidades para hacer gol, salvo las tres jugadas aisladas en las que llegaron los tantos. Sin ellos, el buen juego y las ideas en ataque se reducen en exceso.
Aún así, todo apunta a que en dos semanas tendrán una nueva oportunidad. El conjunto madridista disputará a su regreso de la Supercopa la eliminatoria correspondiente a los octavos de final. Las posibilidades de medirse a un equipo de categoría inferior se han reducido considerablemente, pero sea cual sea el rival, todo apunta a que Ancelotti volverá a brindar con una oportunidad a su segunda unidad y, con ella, una nueva opción de comenzar a enamorar.