Copa del Rey: Alcoyano - Real Madrid

El Madrid pasa de rebote

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El Real Madrid se impuso 1-3 al Alcoyano en la Copa del Rey. (AFP)

El Real Madrid estuvo en un tris de repetir el Alcoyanazo, pero pasó de rebote tras un partido gris en El Collao. Y gris por ser generosos, que es la noche de Reyes. Militao de cabeza en un córner, Asensio de rebote y el meta José Juan en propia puerta lograron los goles blancos ante un Alcoyano que nunca le perdió la cara al partido. Ancelotti volvió a tirar de su legendaria flor.

En la tarde de la cabalgata se obró el milagro. Rotaba Ancelotti, que eso es casi tan difícil como que Pedro Sánchez diga una verdad. Rotaba, sí, porque la Copa es el patito feo de los títulos para los grandes equipos, porque la Copa estorba y convierte enero odioso en un mes que tritura las piernas del más pintado. Rotaba, pero presentaba uno once que ni tan mal, oiga.

Enumeremos pues. De portero estaba Lunin, que también jugó la Copa el año pasado y la experiencia de entrar y salir se le pasó en un pispás. En la defensa se mantenía la pareja de centrales titular con Militao, el que la preparó en Getafe, y Alaba, que no sabría que había hecho él para merecer esto. En los laterales entraban Nacho por la diestra y Marcelo por la siniestra. Así se completaba la defensa del Real Madrid.

Por delante se mantenía Casemiro, como el tapón con el que evitar que la Copa se fuera por el desagüe. A su lado Valverde, cuyos tiempos de titular ya pasaron, y Camavinga, ese joven correcaminos con el oficio a medio aprender. Arriba repetía Rodrygo por la derecha, con Hazard (que ha quedado para estos partidos) y Mariano, otro de los fijos de la Copa.

Enfrente estaba un Alcoyano que ya dio el sorpresón la temporada pasada al eliminar al Real Madrid de un trofeo en el que los desengaños duran menos que un tronista en Pasapalabra. En esas y otras reflexiones me dieron las nueve y media y arrancó el partido en El Collao. Y el Alcoyano dio el primer susto con una media volea de Dani Vega, que retrató a Militao con un sombrerito. Lunin metió una buena mano. En el córner subsiguiente el susto fue todavía mayor y tuvo que ser Camavinga el que evitara bajo los palos el tanto local.

Asusta el Alcoyano

El Real Madrid vivía en el día de la marmota y se mascaba la tragedia. Ancelotti no se lo podía creer. Sus jugadores tampoco. Los blancos no hacían nada por capear el temporal, que pudo ser peor si Cordero Vega hubiera señalado como tal un más que posible penalti de Militao. No lo hizo y, como a estas alturas de la Copa no hay VAR, pues se siente. Para los del Alcoyano, digo.

El repaso en los primeros 15 minutos del Alcoyano al Real Madrid era de proporciones bíblicas. Ni el año pasado cuando el equipo de Zidane se la pegó en El Collao ni siquiera en el Alcorconazo original con Pellegrini en el banquillo sufrió tanto el equipo blanco como en su primer cuarto de hora en El Collao. El naufragio del centro del campo, con Casemiro desconectado y Camavinga y Valverde invisibles, imposibilitaba que llegara un solo balón a los tres de arriba.

Andy, jugador local con nombre de cantante y que se forjó en la cantera del Atleti, estaba cosiendo un traje a toda la defensa blanca en pleno. Alcanzamos la media hora de juego y la mejor noticia para el Real Madrid era el 0-0. Superados, bloqueados, intimidados, apáticos, obtusos y perdidos, los jugadores de Ancelotti deambulaban por El Collao como Alberto Garzón en el Gobierno: sin aportar nada.

Lunin en el 33 evitó el 1-0 tras desviar a córner un disparo lejanísimo de Carlos Blanco que se envenenó después de botar delante mismo del portero del Real Madrid. No tardó más de seis minutos en cumplirse la ley del fútbol: el que perdona lo paga. Y lo pagó el Alcoyano, que encajó el 0-1 a la salida de un córner, el primero, y con un cabezazo de Militao, que marcaba en el primer remate a puerta de los blancos. El tanto fue a pachas con el meta José Juan, que cantó en la salida.

Más moral que Militao

El gol del Real Madrid dejó muy tocado al Alcoyano justo al filo del descanso. Del que volvimos con una mala noticia para Ancelotti: la lesión de Mariano. Carletto tiró de Asensio y colocó a Hazard de falso nueve, el puesto en el que le ponía Conte y que le costó salir tarifando con el italiano en el Chelsea.

El Alcoyano había perdido un punto de vigor y el Real Madrid sumado uno de oficio, por lo que el duelo se equilibró más que la dieta de Cristiano Ronaldo. Y empezó a ser un bodrio incomible, como un roscón de la semana pasada. Vicente Parras hizo tres cambios de golpe para revitalizar a su equipo e intentar repetir la machada de la temporada pasada.

Una horita de partido nos habíamos zampado y el Real Madrid empezaba a sentirse cómodo en El Collao. Ancelotti iba a darle a Ceballos sus primeros minutos como madridista cuando llegó por sorpresa el gol del Alcoyano. Lo marcó Dani Vega después de aprovechar el despiste de Marcelo (en otro partido intolerable) sentar en una baldosa a Casemiro y a Militao y ponerla donde Lunin pudo llegar y no llegó. Un golazo que hacía justicia al enorme derroche de los locales y retrataba los males del Madrid.

Dos goles de churro

Ancelotti estaba bloqueadísimo. No sabía ni a quién meter ni a quién quitar. Por suerte para él apareció su mayor virtud: la flor. La que tuvo Asensio para marcar en un disparo desde la frontal, que tocó en Raúl González y despistó al meta José Juan. El 1-2 llegó en el 76 y un minuto después José Juan, en otra jugada confusa y afortunada, se marcó un autogol al resbalarse en presencia de Isco. Un gol feo como el partido del Madrid.

Pero que lo dejaba visto para sentencia. El Alcoyano no tenía ni tiempo ni fuerzas para lograr la machada de marcar dos goles al Real Madrid para llevar el duelo a la prórroga. Lo intentó, con la moral que subraya su historia, pero con poco fuelle y menos fútbol.

Los minutos finales pasaron sin pena ni gloria, igual que el Real Madrid después de un partido discreto en la que la flor de Ancelotti evitó que se repitiera el Alcoyanazo. Y mira que estuvo cerca.

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