El Real Madrid terminó muy enfadado con el arbitraje de Juan Martínez Munuera en Vallecas. Más allá de los errores del equipo ante un Rayo Vallecano que hizo tres goles, el partido estuvo marcado por las polémicas decisiones del colegiado alicantino. Fueron en concreto tres las acciones que marcaron el duelo que hicieron que el vestuario madridista se marchara indignado: dos posibles penaltis, sobre Güler y Vinicius, y la tarjeta que vio el brasileño, que hará que se pierda el próximo partido de los blancos.
Vinicius no fue titular contra el Rayo, pero sí que acaparó prácticamente todo el protagonismo. El futbolista sufrió un claro penalti de Mumin, que le dio una patada en una disputa con Bellingham y el brasileño en el área. Martínez Munuera lo pasó por alto, mientras que González Fuertes, desde el VAR, también se lavó las manos.
Ancelotti en rueda de prensa lo dejó claro cuando fue preguntado por esa acción concreta: «El penalti sobre Vinicius me parece bastante claro». El técnico madridista mostró su indignación entonces, algo que se trasladaba al resto del vestuario. Porque no fue el único error de Martínez Munuera durante el partido, aunque sí el que más condicionó el resultado.
Esa acción no señalada contra Vinicius llegó minutos después de que el brasileño viera la tarjeta amarilla. Una cartulina que le impedirá estar ante el Sevilla el próximo fin de semana por sanción, puesto que cumple ciclo. El astro canarinho protestó airadamente una decisión del árbitro, que fue la de no mostrar tarjeta a Lejeune por agarrarle y cortar un contragolpe.
Tampoco pitó falta en la que sería la última jugada del partido, cometida por Balliu sobre Bellingham. El inglés corría en el centro del campo hacia el balón cuando el lateral rayista le placó para evitar que se marchase en dirección a la portería. En lugar de señalar la falta y mostrarle cartulina al albanés, Martínez Munuera pitó el final. El tiempo estaba ya cumplido, pero el Rayo había perdido mucho tiempo durante los siete minutos de descuento que se habían dado.
Martínez Munuera fue protagonista
Fue la gota que colmó el vaso a un encuentro en el que el colegiado tuvo demasiado protagonismo. Una acción que pasó más desapercibida, pero no por ello deja de ser evidente, fue un penalti cometido sobre Arda Güler en la primera parte. Con el Real Madrid por debajo en el marcador, Pathé Ciss se desentendió por completo de la lucha por el balón y cargó y empujó de forma clara y le derribó, cuando el turco iba a controlar el balón en el área.
Martínez Munuera estaba justo enfrente, a escasos metros de la acción. Aunque la vio, prefirió no señalar la infracción, que hubiera permitido al Real Madrid empatar el partido a dos desde los 11 metros, antes de que lo hiciera Bellingham.
Hubo acciones de menor relevancia, que pasaron inadvertidas, pero en las que la decisión de Martínez Munuera fue siempre contraria a los intereses madridistas. Se pudo ver también con el descuento que dio en la segunda mitad o en la permisividad con Augusto Batalla, que tenía amarilla desde la primera mitad por protestar y al que dejó perder tiempo de forma constante mientras se mantuvo el empate en la segunda mitad.