Kylian Mbappé afrontará su segunda temporada en el Real Madrid con muchas ganas de demostrar por qué tiene que ser el líder del equipo. Aunque su primer año no fue como él esperaba, la motivación del francés sigue intacta. La diferencia está en que ha aprovechado las vacaciones para regresar a un estado óptimo que ha impresionado en Valdebebas.
No fue fácil el final de la temporada pasada. Frustrado por haber sido el menor jugador del equipo logrando el Pichichi de Liga marcando 44 goles en 59 partidos, Kylian se quedó sin la alegría de poder levantar títulos en mayo. Aun así, siguió intentándolo para llegar con fuerzas de hacer cosas grandes en el Mundial de Clubes, pero un cuadro agudo de gastroenteritis frustró sus planes de ser el héroe del conjunto blanco.
No pudo ayudar a sus compañeros hasta los octavos de final, donde no estaba en buenas condiciones para jugar partidos de talla mundial, pero en lo poco que tuvo tiempo pudo marcar un gol en cuartos ante el Borussia Dortmund. Con la dura eliminación en el PSG, la cabeza de Mbappé estaba en una misión: volver más fuerte que nunca.
Y así llegó a Valdebebas el pasado lunes, donde se le veía mucho más fino que cuando llegó el verano pasado. Ya sea provocado por el virus, el galo ha sido de los más enchufados en los entrenamientos. Su agilidad, rapidez y finura de cara a puerta dejó impresionado al cuerpo técnico de Xabi Alonso, conscientes de que es la clave sobre la que debe girar el peso ofensivo del equipo.
Mbappé asume galones para triunfar en el Real Madrid
Aunque desde las críticas llegó que podría verse superado por la presión del Santiago Bernabéu, Kylian sabe que es parte del camino para devolver todo el cariño que le ha dado el madridismo en épocas bajas. Con la salida de Luka Modric, cogió el dorsal ’10’ como prueba de que es una nueva ‘vida’ para Mbappé.
El sueño de ganar la Champions con el Real Madrid es su máxima prioridad, y considera que está en deuda con Florentino Pérez después de todo el esfuerzo que hizo durante años para vestirle de blanco. El francés parece otro, pero sigue siendo el mismo que pretende hacer cosas grandes en Chamartín. Aún le queda una última prueba antes de comenzar la Liga, el próximo martes en Suiza ante el WSG Tirol. Examen para que afile una última vez para comenzar el segundo asalto de conquistar Europa.