El Real Madrid se echó para atrás en el fichaje de Neymar por culpa de la lesión crónica que sufre en el tobillo de su pierna derecha. El astro del PSG ha sufrido a lo largo de los últimos años constantes dolencias en en una zona que provocaron que los blancos desestimasen su contratación cuando ya habían avanzado las negociaciones para completar su fichaje. Los servicios médicos del club recomendaron no acometer una operación que habría sido histórica, al ser «demasiado frágil».
Desde la directiva de los blancos nunca han ocultado su debilidad por Neymar, afirmando que «es buenísimo, uno de los mejores del mundo sin duda». Y si a alguien ha gustado en especial ha sido a Florentino Pérez. Prueba de ello es la batalla que mantuvieron desde el club en su día con el Barça por sacarle del Santos, en la que se impusieron los culés al pagar una cantidad desorbitada que años después sigue sin estar clara.
Este verano los madridistas tuvieron la oportunidad de hacerse con sus servicios. El PSG pedía 200 millones por una de sus estrellas, un precio que estaban dispuestos a desembolsar desde el Bernabéu para dar así un nuevo golpe sobre la mesa al traer a un nuevo galáctico. Sin embargo, los intereses blancos se vieron frenados al consultar los informes médicos del jugador.
Neymar, un fichaje de alto riesgo
El Real Madrid paralizó entonces unas negociaciones que estaban ya encarriladas. Desde los servicios médicos del club lo vieron como un fichaje de alto riesgo. «No podíamos pagar 200 millones por un jugador con una lesión crónica en el tobillo», afirman desde el propio conjunto blanco.
No es la primera vez que los blancos descartan un fichaje por algo similar. De hecho, en el verano de 2017 se opusieron al fichaje de Hazard, cuando estaban a punto de cerrar la operación, al fracturarse el tobillo con Bélgica en junio y no saber cuál iba a ser su rendimiento a partir de entonces.
En el caso de Neymar se va más allá, pues en las últimas dos temporadas ha sufrido varias lesiones en el tobillo que le han impedido, por ejemplo, disputar las eliminatorias de Champions League desde su llegada a París, la segunda mitad del curso pasado o la última Copa América. El tobillo del jugador se resiente de forma constante y los madridistas son conscientes de que «es una parte del cuerpo que tiene siempre expuesta por su juego».