El Real Madrid sumó una grandísima victoria en Ipurúa ante un aguerrido Eibar, que peleó hasta el último minuto por el empate y estuvo cerca de conseguirlo. Los jugadores del conjunto local protestaron una mano de Sergio Ramos dentro del área del Real, pero Munuera Montero no señalizó el punto fatídico y el VAR corroboró la decisión del trencilla.
El motivo es claro. Según la regla de las manos en vigor actualmente, la infracción de Sergio Ramos no es tal, ya que además de ser involuntaria, porque viene de un centro desde el otro lado y de un salto en el que no tiene equilibrio, el brazo está en posición natural, sin hacer gesticulaciones extrañas que sí habrían llevado a Munuera Montero a decretar penalti favorable al Eibar.
Los jugadores locales se quejaron de forma lógica, ya que el tramo del partido y el resultado, 1-2 favorable al Real Madrid, les obligaban a pedir la acción, pero los árbitros, ya sea desde el campo o en el VAR, actuaron con corrección en vista a la norma y a lo sucedido en el lance.
Ramos no ve el balón y simplemente cae al suelo en una posición natural, con la suerte, o la mala suerte, de que el esférico le golpea en el brazo derecho. La ocasión, además, no es manifiesta de gol, otra razón que habría implicado la señalización del penalti, perjudicando al Real Madrid, que finalmente se llevó la victoria por 1-3 gracias al postrero gol de Lucas Vázquez en el descuento, que sentenció el partido.