Dominio reputacional, así explicó hace unos días Hughes en mi canal de Youtube la fascinación que lleva ejerciendo el Real Madrid en los últimos años en los mejores jugadores que ofrece el mercado. Hablábamos del acuerdo entre el Madrid y Alphonso Davies, pero en realidad podríamos estar hablando de Bellingham, Camavinga o Tchouameni. Todos ellos y algunos más eligieron al Madrid tras un cortejo que comenzó meses antes de que el mercado o la prensa se oliera la tostada. Todos ellos renunciaron a poder ganar más en otro sitio.
Desde que en 2015 Florentino anunció el cambio de modelo en el Real Madrid, son muchos los jóvenes con potencial de crack que han llegado a las filas madridistas. El proceso casi siempre es el mismo ya que Juni Calafat selecciona los objetivos que pueden resultar muy atractivos para el club en el largo plazo. Juni es extremadamente selectivo y atiende a la situación contractual del jugador para trazar un plan de actuación.
La condición imprescindible, claro, es que el jugador sea o vaya a ser previsiblemente diferencial. Preferentemente, también debe ser muy joven. Sólo hay excepciones a esto último si la situación contractual es muy ventajosa como ocurrió con Alaba y Rudiger. Se prima la calidad de los objetivos a la cantidad. El Real Madrid desde 2021 ha realizado nueve fichajes (algunas cesiones para resolver contingencias), mientras el Barcelona ha contratado veintiséis fichajes en ese mismo periodo.
Desde que el objetivo es seleccionado comienza una etapa en la que se le hace saber al jugador que el Madrid lo tiene muy en cuenta para el futuro. Nunca se le engaña ni a él ni a su familia, como puso en valor Bellingham el día de su presentación. Poco a poco se le empieza a explicar el proyecto del Real Madrid y los planes del club con respecto al futbolista. Se le muestran los diferentes escenarios que se pueden dar, también qué ocurre en caso de que las cosas no fluyan: el jugador siempre contará con un amplio margen de decisión en caso de tener que salir cedido o traspasado. Poco a poco el jugador se embelesa de la grandeza del Madrid y de la cercanía que muestra el club en el trato. Coherente con todo esto, el jugador pone todas las facilidades que están en su mano para que la contratación llegue a buen puerto.
El Real Madrid y Florentino Pérez
Cuando el Madrid se aproxima al club vendedor, lo hace con elegancia y con la voluntad ya consolidada del jugador de fichar por el Madrid. El club blanco no regalará un euro de más, pero tampoco regateará a «ese club amigo». Florentino siempre tendrá la última palabra sobre el fichaje en cuestión y los límites económicos, pero su confianza en Juni Calafat sólo ha ido en aumento desde que le contratara a pesar del frustrado fichaje de Neymar. José Ángel, el número uno en los despachos, se encarga de rematar la faena con la misma diplomacia que determinación.
Lo cierto es que este dominio reputacional se va alimentando de los éxitos del club, de su consistencia y coherencia y, por supuesto, del éxito de cada operación que deja buen sabor de boca en el jugador y en el club que se ve obligado a venderle, pero percibe que el trato del Madrid es acorde a su señorío. Y es así como el Real Madrid está construyendo un proyecto deportivo tan impresionante como sostenible.