Vinicius es el futbolista al que más pegan de toda Europa. El jugador brasileño recibe casi cuatro faltas por encuentro y es quien más entradas recibe en las cinco grandes Ligas por delante de Neymar, Zaha o Bellingham. En San Mamés, el Athletic volvió a coserle a patadas y Ancelotti salió a defender a su jugador. Vinicius, mientras tanto, sigue concentrado en lo que mejor sabe hacer, jugar al fútbol.
Ancelotti tiene razón. Vinicius está sufriendo, en cada partido, una persecución sin sentido. Le pasó en el partido de Copa frente al Villarreal y le volvió a ocurrir el pasado domingo frente al Athletic en Liga. Las aficiones rivales celebran cada entrada que recibe el brasileño y los jugadores adversarios van en grupos para frenar como sea a Vinicius, sabiendo que es la única manera de detenerlo, y a veces sacarlo del partido.
Entre aficionados y jugadores rivales, parece que se ha extendido la corriente de que Vinicius es un jugador provocador y que simula cada falta que recibe. Y la realidad está muy lejos de esa ficción que algunos están intentando crear. Vinicius, en cada partido, va a lo suyo, intentar superar a su adversario con su calidad y talento. Cada vez que recibe una entrada, y son muchas las que recibe en cada partido, nunca se encara con el rival, aunque si protesta al colegiado para exigir que sea sancionado. Algo lógico. Vinicius juega al fútbol mientras los rivales intentan impedirlo con distintas artimañas.
«Vinicius es un gran jugador y una persona muy sensible. Es verdad que todo el mundo le aprieta: le dan patadas, la afición rival también y a veces el árbitro. Como siempre hoy le han dado muchas patadas. Hay que tener en cuenta que es muy joven y todo el mundo le está apretando sin sentido. Va a mejorar, es verdad que hay veces que se desconcentra. Yo le quiero mucho y queremos que sea más respetado por todos. Hoy le he dicho ‘habla conmigo, habla conmigo’. Le dije que estuviera tranquilo que iba bien», afirmaba Ancelotti en rueda de prensa tras la victoria en San Mamés.
Permisividad arbitral contra Vinicius
También los árbitros están siendo muy permisivos con las entradas sobre Vinicius en nuestra Liga. Tras cada entrada que recibe, el brasileño termina indignado porque el infractor no ha sido amonestado. Incluso en algunas ocasiones, el colegiado termina echándole la reprimenda a Vinicius en vez de defenderlo tras ser cazado una vez más. Una persecución que provoca que uno de los futbolistas más talentosos del planeta, a veces se desconcentre del partido por el ruido que lo rodea.
Vinicius ha recibido hasta ahora 62 faltas esta temporada, lo que significa que recibe 3,65 faltas por partido. Un número de entradas mayor al que reciben Zaha en Premier League (Crystal Palace) o Neymar en Ligue 1 (PSG) con 57. Por detrás encontramos a Jude Bellingham en la Bundesliga (Dortmund), entre otros, con 48 entradas recibidas.
Vinicius, lo único que puede hacer, es aislarse de todo y seguir demostrando su calidad sobre el terreno de juego. Y lo hace. Frente al Villarreal en Copa anotó el gol que inició la remontada y comenzó la jugada que la culminó. Pero tiene 22 años y es normal que a veces esta persecución totalmente injusta que sufre lo desconcentre de los partidos. Vinicius es la víctima y Ancelotti tiene razón: necesita respeto.