Enzo Alves Vieira se hace mayor. El hijo de Marcelo no deja de crecer en Valdebebas, donde aterrizó en el verano de 2017 para formar parte del Benjamín B madridista. Antes, había jugado tres años en el Santa Ana. Desde que llegó a La Fábrica ha ido ascendiendo por sus diferentes equipos hasta llegar esta temporada al Infantil A, donde con el nueve a la espalda se está erigiendo como una joven promesa a tener muy en cuenta. Este curso lleva, por el momento, 15 goles en los siete partidos que ha disputado, lo que le convierte en el máximo goleador del campeonato. El último, para dar la victoria a su equipo ante el Atlético Madrileño. Unos números muy a tener en cuenta que por las categorías inferiores del Real Madrid se valoran muy positivamente.
Enzo destacó en su llegada a la cantera madridista por su físico. Siempre ha sido un jugador grande tanto en corpulencia como en altura. También destacaba por su olfato goleador. Mientras que su padre se ha convertido en leyenda tras ser uno de los mejores laterales izquierdos de la historia del fútbol, su hijo destaca por hacer daño en el área rival, donde marca y hace que sus compañeros lo hagan. De hecho, este curso ha participado en el 53 por ciento de los goles que ha conseguido el Infantil A.
Enzo está mejorando mucho y está aprendiendo a entender su físico. Poco a poco se está conociendo, va mejorando su coordinación y sacar ventaja de su corpulencia. Ya no es tan superior a sus rivales físicamente como en otras categorías, pero ahora trabaja con los técnicos para sacar partido de su cuerpo y mejorar su técnica.
Por otro lado, en Valdebebas todos están encantados con un jugador que sí se parece a su padre en su carácter, ya que se caracteriza por ser divertido y estar siempre bromeando con sus compañeros. Los que mejor le conocen aseguran que no tiene ego y que dentro del vestuario es uno más. Un futbolista que tiene muy buena relación con todos sus compañeros y que está muy integrado. «Es educado, correcto y nunca ha dado ningún problema», explican.