Final Four de la Euroliga

Torres blancas contra escopetas azulgranas

Clásico de máxima hondura a orillas del Río Danubio. Real Madrid y Barça se juegan gran parte de la temporada a una sola carta, renacidos los blancos y poderosos los azulgranas. Un duelo de Final Four con todo tipo de incentivos sobre la pista, donde chocarán gigantes contra tiradores, y también en el banquillo, operaciones vigiladas por dos zorros veteranos como Pablo Laso y Sarunas Jasikevicius. Codazos entre viejos conocidos por subir el penúltimo escalón hacia la gloria. Solo lo hará uno. No va más en Belgrado.

El Real Madrid llega a Serbia silbando. De mediados de marzo a mediados de abril vivió en la UCI, pero no llegó a dar el último paso hacia el otro barrio. Encajó la friolera de ocho derrotas en nueve partidos. Por el camino derraparon Thomas Heurtel y Trey Thompkins, perdidos mientras se les hacía de día por las calles de Atenas. Pablo Laso nunca le perdió la fe a su plantilla, apartó a los revoltosos y orquestó la resurrección. Nueve victorias seguidas contemplan al equipo más laureado de la historia de Copa de Europa.

Pero no hay atisbo para la euforia. El Real Madrid sabe que la misión que le aguarda es muy complicada en su octava Final Four en los últimos doce años. No parte como gran favorito, pero tampoco lo hacía cuatro años atrás en la misma ciudad y acabó tocando el cielo de Belgrado. Luka Doncic lo celebró a lo grande, igual que Felipe Reyes, Facundo Campazzo, Jayce Carroll… Siguen haciendo ruido los viejos rockeros Rudy Fernández y Sergio Llull.

Deck
Deck y Exum en el último Clásico. (acb Photo / P. Largo)

Pero no están solos. Si algo sabe bien Laso, es que tiene la mejor pareja de pívots puros del continente. Edy Tavares ya lleva años sembrando el terror por todo el continente y Vicent Poirier se ha consolidado como su complemento perfecto. Impulsado por el caboverdiano y el galo, nadie coge más rebotes que el Real Madrid en esta Euroliga (38,3 por partido) y ese poderío físico también se traduce en intimidación defensiva.

Ganas de revancha

Al otro lado de la pista, Sarunas Jasikevicius cuenta con la mejor fórmula para sumar lejos del aro: grandes tiradores. Nadie lanza de lejos mejor que el Barça (40,1% en triples) y a esa batería exterior donde brillan como siempre Nikola Mirotic o Kyle Kuric se ha sumado con fuerza Nico Laprovittola. El ex madridista chapotea en la libertad que le concede su técnico para jugar a su aire y su talento desatascó la intrincada eliminatoria contra el Bayern.

Mirando los precedentes de esta temporada, el Barça está siendo muy superior a su eterno rival en los últimos tiempos (5-1), pero tuvo que sudar la gota gorda para llevarse los dos más recientes, la final de Copa del Rey y el último Clásico liguero resuelto en la prórroga. La distancia parece que se ha recortado y el Real Madrid llega impulsado por su ‘playoff’ perfecto contra el Maccabi Tel Aviv.

Con el madridista Carlos Alocén como única baja por lesión en ambos bandos, el duelo tendrá muchos focos de interés que pueden declinar la balanza hacia uno u otro lado: la dirección de Nick Calathes contra un base de nuevo como cuño como Alberto Abalde, el interesante mano a mano de aleros entre Gaby Deck y el renacido Dante Exum, o entre el MVP Mirotic y Yabusele al 4, la capacidad de Sanli para sacar a Tavares de la zona y hacer daño desde fuera, el escaso rodaje de Cory Higgins… Un menú lleno de ingredientes con premio gordo a la vista.

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