LIGA ENDESA

Un Real Madrid plagado de bajas sucumbe en Murcia ante el UCAM (73-61)

El Real Madrid cosecha en Murcia su segunda derrota en Liga Endesa

Real Madrid
Mario Hezonja, en un lance durante el partido frente a UCAM Murcia

El Real Madrid ha encajado su segunda derrota en Liga Endesa a manos del UCAM Murcia en un encuentro en el que los de Chus Mateo no encontraron nunca acierto ni ritmo de juego para imponer su estilo ante la casta y el empuje de los locales. Los murcianos, dirigidos por Sito Alonso, desplegaron un baloncesto muy físico que complicó mucho el ataque madridista y que, a la postre, significó la victoria tras un final accidentado repleto de faltas técnicas, revisiones y antideportivas. Todas esas decisiones cayeron a favor de UCAM Murcia. Las bajas con las que se presentaron los madridistas fueron claves para acabar perdiendo el partido.

Visitar la cancha del UCAM Murcia no se antoja nunca fácil y el partido de hoy es la prueba fehaciente de que hay pabellones que, da igual en el estado de forma en el que llegues, se te pueden atragantar. Más aún, con las recientes conocidas bajas de Tavares y Llull que han terminado sucumbiendo ante la maratón de minutos y partidos que acumulan los de Chus Mateo en las últimas semanas (cuatro prórrogas incluidas frente a Efes y una el pasado jueves contra Valencia). Ambos jugadores, claves para el técnico, son duda para la Copa del Rey que comienza justo dentro de un mes. A estas dos lesiones hay que sumar las de Poirier, Musa y Rudy. Se presentaba el Real Madrid en cuadro en tierras murcianas.

El fondo de banquillo era, por tanto, hoy más importante que nunca. Chus Mateo tuvo que variar algunas posiciones como reinventar a Yabousele de pívot puro y colocar a Alocén, de inicio, en el puesto de escolta junto a Campazzo. Un experimento que duró poco en pista debido a la falta de fluidez en ataque del equipo que no encontraba lanzamientos cómodos y que le provocó acabar la primera mitad con nueve pérdidas, unos guarismos muy alejados de los que suele promediar el equipo blanco.

Tampoco funcionó el tiro exterior, solo Yabousele fue capaz de encontrar el aro rival en una ocasión a pesar de que los jugadores de Chus Mateo no cesaron de intentarlo. Pero ni Hezonja, ni Causeur, ni Ndiaye, ni el propio francés estaban acertados. El mal ataque merengue contrastaba con el empuje local. El UCAM Murcia, comandado desde el banquillo por Sito Alonso, defendía con intensidad y encontraba canastas fáciles debajo del aro ante la debilidad en la pintura del Madrid. La diferencia comenzaba a aumentar y Chus Mateo no encontraba soluciones. Al descanso, los locales mandaban por diez puntos de diferencia y habían conseguido dejar al líder en unos raquíticos 26 puntos tras 20 minutos transcurridos.

Una reacción insuficiente

Tras la vuelta de los vestuarios la dinámica no cambió. Los brazos de UCAM Murcia se multiplicaban en defensa, lo que les permitía robar balones y salir al contraataque con Ennis como estilete. Tanto el canadiense como Sleva han sido un dolor de cabeza constante para el quinteto madridista durante la mañana dominical y Chus Mateo se vio obligado a parar el partido tras solo dos minutos y medio transcurridos de tercer cuarto. La diferencia había ascendido hasta los 15 puntos.

Y la charla tuvo el efecto deseado. Los triples casi encadenados de Campazzo, Yabousele y Hezonja, intercalados con tres buenas defensas, acercó al Madrid a solo tres puntos y ahora era Sito Alonso el que tenía que parar el ritmo blanco. Las tornas habían cambiado y aún quedaban trece minutos de juego. Canasta a canasta y defensa a defensa, el Real Madrid consiguió ponerse por delante por la mínima ante un UCAM que no bajaba los brazos.

Un final accidentado

El último cuarto fue un cúmulo de imprecisiones por parte de ambos equipos. Las diferencias eran exiguas y los jugadores comenzaron a notar el cansancio acumulado. Lanzamientos liberados que no entraban, lucha encarnizada por los rebotes y escasez de calidad que permitiese aclarar el marcador. El partido llegó empatado al último minuto en el que nada salió bien para los intereses blancos. Una pérdida de balón de Campazzo dio alas a los locales que consiguieron ponerse por delante y, a partir de ahí, un reguero de técnicas y antideportivas aumentó la distancia final hasta los doce puntos (73-61). Causeur acabó descalificado y el Real Madrid abandonó la pista entre aspavientos y enfado ante la fiesta local. Domingo grande en Murcia.

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