El Real Madrid sigue dominando la Euroliga en solitario después de firmar una gran remontada frente al Olympiacos (75-67) en el WiZink Center. El equipo griego llegó a dominar por 16 puntos en la primera parte, pero se deshizo en los minutos finales ante un rival sostenido por Thomas Heurtel (20 puntos) en los momentos más complicados y por sus veteranos en los instantes finales.
El partido estaba igualado a falta de 2:30 para la conclusión (65-65). El equipo blanco había hecho lo más difícil, levantar el duelo después de una primera parte horrorosa y mucho remar en la segunda, y le quedaba rematar. No falló en la estocada final, un parcial de 8-0 con sendos triples de Rudy Fernández y Sergio Llull que abrocharon con euforia una faena más que peleada.
Y eso que el Real Madrid salió muy moroso al partido y firmó una primera mitad para olvidar, sobre todo en ataque, con movimientos espesos y excesiva dificultad para encontrar tiros liberados. Tan solo Heurtel veía el aro grande, al resto le temblaba la muñeca: 30% en tiros de dos al descanso y el partido cuesta arriba (24-38).
Después de su sorprendente derrota en casa ante el Andorra, urgía una reacción que no convirtiera un tropiezo en una tendencia. Llegó con la activación de la defensa y un tercer cuarto mucho más aseado (26-13) que dejó el marcado prácticamente empatado a falta de los últimos 10 minutos (50-51). También tuvo mucho que ver la superioridad local en el rebote (42-27), con Edy Tavares y Guerschon Yabusele, ambos con 11 puntos y 9 capturas, al mando de este negociado.
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— DAZN España (@DAZN_ES) February 2, 2022
Ya resucitado, el Real Madrid ensayó la escapada en el ecuador del parcial decisivo (62-57, min.35), pero el Olympiacos se mantuvo vivo de la mano del exbarcelonista Sasha Venzekov (16) y Tyler Dorsey (13). Todo por decidir a falta de tres minutos y la temperatura del duelo tan elevada que Vincent Poirier perdió un diente. El pívot francés se llevó un codazo letal y fue Yabusele quien encontró la pieza sobre el parqué.
Después de 38 minutos de equilibrio total, la experiencia de Llull y Rudy, los eternos sabios de este Real Madrid, liquidó el encuentro y de paso devolvió la diferencia de puntos a los locales, que habían perdido por 6 tantos en Atenas. Siguiente parada del líder, el viernes en casa contra el Zenit ruso.