Misión cumplida. El Real Madrid tendrá ventaja de campo en el ‘playoff’ de la Euroliga. Sacado el billete a cuartos, este era su segundo objetivo europeo y lo confirmó con una sólida victoria ante el Fenerbahce (90-75) en la jornada 31 de la liga regular. Podrá afrontar la tres últimas con calma. Dzanan Musa (16 puntos), Vincent Poirier (11) y Adam Hanga (11) lideraron el ataque en una noche redonda ante un rival que se disolvió como un azucarillo con el paso de los minutos. Tan solo Nigel Hayes-Davis (17) plantó cara en el decepcionante bando turco.
Lo más llamativo de los primeros minutos fue lo bien que Hotley se trabajó a Tavares pese a su desventaja física en la pelea interior. El pívot del Fenerbahce le cogió la medida al africano, que enseguida se fue al banquillo con dos faltas y escasa influencia en el partido. Cosa rara. Entre eso y un parcial de 0-8 labrado con triples, los turcos demostraron que no venían a Madrid de paseo (11-15). Al menos de inicio.
Chus Mateo sentó a Hanga y le cedió la manija al Chacho Rodríguez, que espabiló al Madrid como en sus mejores tiempo. Se entendió bien con Poirier, aunque las maneras desordenadas del francés le impidieron apurar el caudal de regalos que le llegó a las manos. Con Deck en modo multiusos y Cornelie vestido de frac en el perímetro, los locales se dispararon en el marcador hasta una máxima renta de 11 puntos en el segundo parcial (39-28).
Pero es el Fenerbahce un equipo curtido, y esta vez además llegaba a la capital española con dos ex jugadores del Barça especialmente motivados. Calathes rentabilizó la confusión ocasional que sufre el Madrid en el puesto de base y Hayes-Davis se sumó a su llamada para volver a apretar el marcador (39-36). Musa empezaba a crecer y Rudy Fernández firmaba un triple inverosímil: desequilibrado, a tabla y sobre la bocina. Intacto el nervio al borde de los 38 años, al balear le pitaban una técnica por protestar poco después. Ligera ventaja local al descanso (49-44).
La gota malaya
El Madrid intentó la escapada a la vuelta de vestuarios con un martillazo: triple de Hanga desde Budapest. contraataque de Musa y matazo de Yabusele (56-44). En defensa se notaba por primera vez el factor Tavares y a los turcos se les nublaba la vista, reducidos a los intentos de un Calathes tan inteligente y tan justo de puntería como siempre. La sensación era que el partido se podía quebrar en cualquier momento, pero la faena estaba por rematar a falta del último cuarto (68-58).
Con Musa, Deck y Tavares en el banquillo. Así empezó Chus Mateo el parcial definitivo, sin duda un buen test pensando en momentos más calientes de la temporada. Respondieron los menos habituales y un triple de Rudy elevó a los blancos a su máxima renta de la noche (75-61, min.33). Un Madrid de gota malaya y un Fenerbahce demasiado blando por momentos, inofensivo más allá de Hayes-Davis.
El Madrid tenía el partido bien amarrado y un nuevo triple de Rudy, que se llevó una ovación descomunal al ser reemplazado, fue la sentencia definitiva para un rival que, al igual que en el partido de ida en Estambul, llegó derrotado a los minutos finales. Triunfo sólido para asegurar el factor cancha. Quién sabe, quizá el duelo se vuelva a repetir en cuartos de final. Visto lo visto, no sería mala noticia para el Madrid.