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CHAMPIONS LEAGUE: REAL MADRID - PSG

Sigue siendo el rey

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Como decía el corrido mexicano el Real Madrid sigue siendo el rey. Y Cristiano Ronaldo también. Los blancos lograron un maravilloso resultado ante un PSG que cayó víctima del miedo escénico. Doblete de CR7, que siempre aparece en los grandes partidos, y actuación monumental de un Neymar al que el PSG le viene muy pequeño. El brasileño completó un partidazo que dejó boquiabierto al Bernabéu, pero no fue suficiente para tumbar la leyenda del Real Madrid ni arrebatarle a su corona. Así que Neymar, ya sabes: si no puedes vencer a tu enemigo, alíate con él.

Zidane tenía un conejo guardado en la chistera del tamaño de un elefante africano. Nadie lo sospechaba pero el técnico del Real Madrid decidió mutilar la BBC por el bien del equipo. Se cepilló a Bale del once y metió a Isco para volver a presentar un dibujo como el de la final de Cardiff, cuando los días de vino y rosas. Eso sí que era una booooomba y no la canción de King África. El resto era el equipo esperado con Nacho vestido de Carvajal y los demás futbolistas interpretándose a sí mismos ante un Bernabéu que ansiaba una actuación de Óscar.

Les enumero por si se me han perdido entre tanta metáfora y tanta sorpresa. Keylor; Nacho, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric, Isco; Cristiano Ronaldo y Benzema. Enfrente estaba el PSG con toda su artillería y alguna que otra novedad también en el once. Emery sentaba al capitán Thiago Silva para meter a Kimpembe de compañero de Marquinhos en la defensa y también metía a Lo Celso en lugar de Lass como pivote defensivo. Por supuesto, jugaban Neymar, Cavani y MbappéNota: esta frase gana si la leen con música de peli de miedo de fondo–.

Con el Bernabéu trajeado de noche mágica, heroica, europeísima, empezaba el partido. Jesusito de mi vida, eres niño como yo… Apretó el Real Madrid de salida con un arreón marca de la casa que derivó en un casi penalti a Kroos que Rocchi no señaló. Luego avisó Cristiano Ronaldo con una media volea que lamió por fuera el palo derecho de Areola. Y apenas llevábamos dos minutos con un vértigo como si estuviéramos asomados al Empire State.

Salida furiosa del Madrid

La furiosa y valiente salida del Real Madrid encerró al PSG en su área. Córner a córner, latido a latido, los de Zidane compraban papeletas par aun gol tempranero que se resistía. Sólo Neymar se atrevía a pedir la pelota, pero se topaba en cada centímetro con el aliento de Nacho en el cogote. Y a los ocho minutos Zidane y el Bernabéu recibieron el primer susto: Marcelo se lesionaba la mano en una caída. El brasileño, luego de ser atendido, continuó para probar si podía jugar manco como Cervantes.

El Madrid frenó su empuje y Neymar empezó a gobernar el duelo. Se llevó varias tarascadas y dio una que le costó la amarilla. A ritmo del brasileño el PSG recuperó el pulso al partido. Los blancos se fueron alejando del área de Areola y acercando a la de Keylor, hecho éste que paraba los pulsos del Bernabéu y el de quien esto escribe.

Nos plantamos en el ecuador de la primera mitad con el PSG inclinando el duelo hacia el área del Real Madrid. Mientras, el Real Madrid trataba de comunicarse con Cristiano Ronaldo y Benzema, emboscados en el entramado defensivo de Emery. Eso fue hasta que una entrega estúpida de Lo Celso provocó que el argentino tuviera que derribar a Isco en la frontal. Era la falta soñada por Cristiano para ponerse su corona de Champions. CR7 se perfiló, lanzó y… arriba. El Madrid desperdiciaba su mejor ocasión del partido.

El paseo de los horrores

El minuto 27 gestó otro error de Cristiano Ronaldo en un mano a mano resuelto al más puro estilo Higuaín: pelotazo en la cara del portero. Era un gol de esos que si los falla Benzema se le cae el Bernabéu encima, pero Ronaldo –por sus méritos y su currículum– tiene licencia para fallar. Quizá el Madrid no tanta.

No sé cuántos millones de veces les he contado aquello de que en el fútbol, el que perdona, lo paga. Y lo pagó el Madrid con un jugadón que gestó Mbappé –qué pena que no viniste– con un sombrero con el que sentó a Marcelo. La puso al área, Neymar robó la cartera a Nacho, tocó de tacón y Rabiot, que venía de segunda línea, hizo el 0-1. Vamos, acertó lo que había fallado Cristiano un par de minutos antes.

Al Real Madrid se le ponía el partido cuesta arriba porque, como tantos otros visitantes antes, lograba un gol en el Bernabéu en su primer tiro a puerta. Pudo ser peor si Cavani acierta en el 38 después de otra jugada maravillosa de un Neymar que estaba protagonizando una exhibición memorable en el Bernabéu. Como dicen los jóvenes, se la estaba sacando.

Neymar juega, Rabiot y Cristiano marcan

En el 43 Areola evitó el 1-1 con un paradón a un disparo de Benzema desde la frontal. De resultas de la acción nació el córner del que vino el penalti tonto y descarado de Lo Celso a Kroos. Lo marcó Cristiano, a pesar de que Areola adivinó el lado y hasta rozó la pelota. El Real Madrid obtenía un empate merecidísimo y tomaba aire en la eliminatoria justo al filo del descanso, que llegó con las tablas en el marcador.

La reanudación se abrió sin cambios y con el Real Madrid volviendo a manejar la pelota. Pero el primer susto lo dio el PSG después de otro pase maravilloso de Neymar que remató Mbappé y despejó abajo Keylor Navas. El Bernabéu contuvo el aliento y volvió a respirar con el despeje. Zidane ponía a calentar a Bale, Lucas y Asensio.

Con el partido partido el Real Madrid empezaba a entregar el balón al PSG y a fiar su suerte a las contras. Los parisinos estaban encantados de tener la pelota para que lucieran Verratti y Neymar. Empezó a sufrir el equipo de Zidane, cada vez más encerrado en su propio área. El Madrid pedía a gritos un cambio pero Zizou se negaba a mover ficha.

Bale por Benzema

Alcanzamos la hora de partido con un Madrid que porfiaba asomándose al área del PSG, pero sin luces al acercarse. Las encontró en una falta de Rabiot a Modric. Otra vez ideal para Cristiano Ronaldo. Y otra vez que el luso encontró la barrera antes que la portería. Zidane entonces metió a Bale por Benzema y Emery quitó a Cavani para sacar a Meunier, en un cambio muy suyo.

Al Real Madrid se le empezaba a hacer largo el partido y el fantasma del 1-2 sobrevolaba por el Bernabéu. Los centrocampistas blancos andaban fundidos y Zidane no se decidía a meter oxígeno al equipo con Kovacic por Isco, un cambio que parecía cantado. El PSG seguía a lo suyo y a los blancos les estaba salvando la virgen. El 1-1 empezaba a ser un gran resultado pensando sobre todo en la vuelta.

Zidane metía dos cambios de golpe: Lucas por Casemiro y Asensio por Isco. Pasaba a jugar un 4-4-2 con Kroos y Modric en el centro. Precisamente Lucas gestó la mejor ocasión del Madrid con una asistencia a Bale, que abortó Areola con una buena salida. Y como los blancos nunca se rinden, de tanta fe y tanta furia acabaron encontrando el gol. Fue una jugada en la que participó sobre todo Asensio y en la que ayudaron mucho un par de mal despejes del PSG, el último aprovechado por Cristiano con la rodilla.

Era el 84 y aún faltaba el éxtasis final. Otra vez Asensio asistió una jugada gestada entre Kroos y Marcelo, el brasileño se infiltró en el área y logró el tercero del Real Madrid. El Bernabéu se caía de gusto. Pasaron los pocos minutos que quedaban para el final, pudo llegar un cuarto que habría sido apoteósico, pero al final el Madrid demostró que en la Champions sigue siendo el rey.