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No tires el café que te sobre: con este truco podrás usarlo por días

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El café es una de las bebidas más populares del mundo. Si tú también sueles tomarlo habitualmente, seguro que alguna que otra vez te ha sobrado café y no sabes qué hacer con él. Pues bien, debes saber que el paso del tiempo afecta en gran medida a su sabor y aroma. Además, el contacto con el aire hace que el proceso de oxidación de la cafeína continúe de manera progresiva.

¿Aprovechar el café que ha quedado en la cafetera el día anterior es una buena o mala idea?  En líneas generales, de un día para otro no suele ponerse malo, pero seguro que no quieres tomarlo porque su sabor y aroma no tienen absolutamente nada que ver con el del café recién hecho.

Teniendo esto en cuenta, puedes guardar el café que te haya sobrado en un recipiente hermético para una adecuada conservación. Sin embargo, aún así no es aconsejable guardarlo por más de dos días. Pasado este tiempo, se irá acentuando el sabor amargo propio de esta bebida y, en función de la variedad del grano, puede llegar a ser demasiado fuerte, e  incluso desagradable.

¿La mejor solución para no tirar el café que te sobre? Congelarlo. Repártelo en una cubitera con tapa y guárdalo en el congelador. Puedes utilizarlo para hacer con café con hielo, y también para preparar un café con leche frío añadiendo solo la leche. Sin lugar a dudas, es un truco que todo buen amante de esta bebida debe conocer.

¿Cómo preparar un buen café? Los mejores trucos

Lo primero y más importante es elegir un café de buena calidad. Más allá del precio, debes fijarte en la calidad de la materia prima. El café de especialidad es fantástico si quieres disfrutar de esta bebida en todo su esplendor.

Para asegurar la máxima frescura, lo mejor es comprar el grano entero y molerlo en casa justo antes de prepararlo. En cuanto al agua, evita la del grifo y apuesta por la mineral. El café es un producto muy sensible, que rápidamente atrapa sabores y olores.

Por supuesto, hay que limpiar la cafetera como es debido, preferiblemente justo después de utilizarla. Para evitar que se oxide el metal o quede algún resto que pueda alterar el sabor del café, es mejor no utilizar jabón.

Y, por último, es fundamental almacenar el café en un lugar seco, fresco y apartado de la luz solar. Guardarlo en el frigorífico no es una buena opción, ya que la humedad puede alterar su sabor.