Las muertes más absurdas de la historia
Desde 1985 lleva circulando por internet una lista no oficial que se otorga a las muertes más absurdas de la historia. Esta lista fue bautizada como los Premios Darwin y se otorgan, siempre a título póstumo, a aquellas muertes que tienen una explicación absurda donde la mala suerte juega un papel fundamental.
Estos Premios Darwin tienen una serie de requisitos para que los fallecidos entren a forma parte de esta dudosa lista. Primero, que el afectado muera o quede esteril para siempre. Después, el afectado debe tener una absoluta falta de sensatez, las imprudencias se pagan. La cuarta característica para entrar en la lista es que el afectado esté en su sano juicio. Y por último, el acontecimiento debe ser notificado, documentada por fuentes fiables para dar veracidad a la historia.
Jack Daniel y su mala memoria
La muerte de Jack Daniel es una de las más conocidas de la historia de las muertes absurdas. Daniel es un rostro conocido. Lo vemos habitualmente estampado en las famosas botellas de bourbon que él mismo desarrolló.
Después del éxito de su destilería, Daniel intentó abrir su caja fuerte. Su mala memoria hizo que el creador de una de las bebidas más consumidas del mundo, se olvidara de la contraseña. De la rabia, Daniel golpeó con violencia su caja fuerte, con tan mala suerte, que se hirió el dedo del pie.
A los pocos días, el 10 de octubre de 1911, Jack Daniel moría a consecuencia de una sepsis, una infección que resultó mortal para el empresario. Hace unos años, su biógrafo moderno, apuntó que la historia no era cierta.
La risa del filósofo
Siempre se dice que reírse es bueno para la salud. En este caso, fue la causa de la muerte del filósofo griego Crisipo de Solos. Una de las mayores figuras del estoicismo griego murió a causa de un ataque de risa. Pero, ¿qué provocó tal ataque de risa a este filósofo que pasó a formar parte de las muertes más absurdas de la historia?.
Según cuenta algunas versiones, Crisipo murió cuando veía a un burro comerse unos higos. En tal referencia a su muerte se cuenta que después de escuchar la frase: «Ahora dale al burro una copa de vino para acompañar a los higos», el filósofo no pudo soportar la risa que le provocó la muerte.
Lógicamente, circulan otras causas de su muerte, mucho más realistas y certeras, pero Crisipo pasó a la historia como el filósofo que murió de risa.
La tragedia del escritor de tragedias
Se dice que el filósofo Esquilo fue uno de los máximos representantes de la tragedia griega. Al final, estas tragedias que tanto gustaban, se tornaron para convertir su muerte en una tragedia griega.
Resulta que el filósofo había conocido a través del oráculo que moriría aplastado por una casa. Por eso, decidió vivir fuera de la ciudad. Pero salir de la ciudad fue su propia tumba. Un día, Esquilo, que caminaba al aire libre, fue sorprendido por el caparazón de una tortuga que le golpeó la cabeza y lo mató. Dicen que fue un quebrantahuesos que lanzó el caparazón hasta la cabeza calva de Esquilo, al confundirlo con una roca para tratar de romper el caparazón de tortuga.
Los modales que mataron a Brahe
Tycho Brahe era uno de los más reputados astrónomos de la ciencia a finales del siglo XVI y principios del XVII, antes de la llegada del telescopio que cambió la forma de mirar las estrellas para siempre.
El danés se encontraba en un banquete en Praga, en la casa del prestigioso Rosenberg y los buenos modales acabaron con su vida. Después de una suntuosa comida, el danés comenzó a sentir las ganas de marcharse para dirigirse al servicio, pero sus buenos modales para no abandonar la mesa, provocaron que su vejiga se fuera aumentando.
Después de cinco noches sin poder ir al servicio debido a este aumento, Brahe comenzó a tener fiebre y acabó muriendo días después. Una de las muertes más absurdas de la historia.
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