La dermatitis atópica es mucho más que un simple brote de piel. Se trata de una condición crónica que afecta a millones de personas, especialmente a niños, causando enrojecimiento, picor y una piel extremadamente seca. Sin embargo, no todo está perdido. Soy Piluca Barrau y hoy hablaremos de la combinación adecuada de cuidados, hábitos saludables y conocimiento para manejar esta condición de manera efectiva, mejorar la salud de nuestra piel y, lo más importante, prevenir futuros brotes.
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que se caracteriza por la aparición de parches secos, escamosos y con picazón. Aunque es más común en niños, también puede afectar a adultos. Sus causas son multifactoriales, combinando factores genéticos, ambientales e inmunológicos, lo que la convierte en una condición compleja.
La barrera cutánea, que normalmente protege la piel de agentes irritantes y patógenos, se ve comprometida en quienes padecen dermatitis atópica. Esto provoca que la piel se vuelva más vulnerable a las infecciones y a la pérdida de hidratación, generando la temida sequedad y picazón.
Factores que desencadenan los brotes
Identificar lo que provoca los brotes es clave para mantener bajo control la dermatitis atópica. Aunque cada persona es diferente, algunos de los factores más comunes incluyen:
Ambientes secos y fríos: la calefacción excesiva durante el invierno o el aire acondicionado en el verano puede resecar la piel. Usar humidificadores y mantener la humedad relativa entre un 40% y 60% es un buen truco para prevenir que la piel se deshidrate.
Alérgenos ambientales: los ácaros del polvo, el polen, la caspa de mascotas y los productos de limpieza pueden agravar la condición. Optar por productos hipoalergénicos es fundamental para evitar reacciones.
Estrés y emociones: el estrés puede ser un gran enemigo. Los brotes de dermatitis atópica se intensifican cuando estamos tensos, ya que el sistema inmunológico se ve afectado. Practicar relajación, yoga y técnicas de respiración profunda puede ser una gran ayuda.
Factores alimentarios: algunos alimentos como la leche, los huevos, frutos secos y el trigo son conocidos por ser posibles desencadenantes. Si sospechas que algún alimento puede estar empeorando tu condición, hablar con un dermatólogo y realizar pruebas puede ser el siguiente paso.
¿Cómo prevenir los brotes?
Aunque la dermatitis atópica no tiene cura, hay varias estrategias que podemos seguir para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para cuidar tu piel:
1. Mantén la piel hidratada y nutrida: las cremas hidratantes y emolientes son tus mejores aliadas. Aplícalas varias veces al día, especialmente después de la ducha, para mantener la barrera cutánea intacta, antes de secar del todo tu piel y sobre todo ponla antes de salir a la calle ante las bajas temperaturas con el fin de proteger tu manto lipídico. Los aceites naturales y las cremas con ceramidas son perfectas para mantener la hidratación evitando que el agua se evapore y mejorar la elasticidad de la piel.
2. Cuidado con el agua: opta por duchas cortas con agua tibia, no caliente, y no más de cinco o diez minutos. El agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, contribuyendo a la sequedad, así que opta por una temperatura de entre 35-37 grados.
3. Evita irritantes: usa detergentes suaves, jabones sin fragancias ni sulfatos y ropa de algodón para evitar que la piel entre en contacto con materiales irritantes.
4. Utiliza jabones SYNDET (jabón sin jabón) mejor que los normales, pues el pH es más parecido al de la piel ( 5.5); sin embargo, los jabones normales tienden a tener un pH más básico, lo que puede alterar nuestro manto de grasa protector de la piel.
5. Cuidado del ambiente: un humidificador en casa puede ser una excelente manera de mantener el aire con la humedad adecuada. Esto previene la deshidratación de la piel y reduce la irritación.
6. Hidratación interna: Beber suficiente agua es fundamental para mantener la piel bien hidratada desde dentro.
7. Alimentos ricos en omega-3 (como el salmón, las nueces y las semillas de chía): ayudan a reducir la inflamación y a fortalecer la barrera cutánea.
Son esenciales para mantener la integridad de la membrana lipídica de la piel. Estos ácidos grasos ayudan a mantener la hidratación, reducen la inflamación y favorecen la producción de ceramidas que son el pegamento esencial en las células de nuestra piel para evitar en entren microorganismos patógenos a producir infecciones dentro de nuestro organismo.
Las sustancias lipídicas actúan como una barrera protectora de la piel. Esto no sólo mejora la hidratación de la piel, sino que también ayuda a reducir los brotes y las molestias asociadas con la dermatitis atópica.
El DHA y EPA van a tener función antiinflamatoria, inmunomoduladora y además va a aportar gran cantidad de ácidos grasos a nuestra capa de lípidos, evitaremos así la excesiva pérdida de agua de nuestra piel, y la posible entrada de microorganismos en nuestro cuerpo… de esta forma evitaremos el picor, enrojecimiento, el rascado y la infección por las uñas sucias en los niños.
Un pez que se muerde la cola y desespera a los niños y a los padres en pleno brote diurno o nocturno…
¿Qué productos usar?
Los jabones syndet son ideales para las personas con piel sensible. A diferencia de los jabones tradicionales, que pueden ser alcalinos y agresivos para la piel, los syndets tienen un pH más equilibrado, lo que ayuda a limpiar sin despojar a la piel de sus aceites naturales. Son suaves, menos irritantes y proporcionan una limpieza respetuosa para la barrera cutánea, acuérdate usarlo mejor con una esponja natural que artificial, que además de ser menos agresiva es biodegradable.
¿Sabes que los farmacéuticos expertos en piel y cosméticos podemos analizar la cantidad de agua y de lípidos ( grasas ) que tiene tu piel en cada zona de tu cuerpo?
¿Sabes que podemos saber si estás cuidándola como necesitas? Si, con el dermoanalizador, este dispositivo de última generación podrá ser de gran ayuda en el control de la dermatitis.
Conclusión
La dermatitis atópica es una condición compleja pero con los cuidados adecuados y una rutina personalizada es posible manejarla eficazmente. Hidratación, evitar factores desencadenantes, y la incorporación de nutrientes como los omega-3 y las ceramidas son fundamentales para mantener la piel sana y protegida. Y recuerda, si los brotes son persistentes o muy severos, lo mejor es consultar con un dermatólogo para encontrar el tratamiento adecuado para tu tipo de piel.
Llevar un control personalizado con tu dermatólogo y farmacéutico experto en piel es importante.
No dejes que la dermatitis atópica defina tu día a día. Con los hábitos correctos puedes lograr una piel más saludable y una vida más cómoda. ¡Tu piel lo agradecerá!
Si tienes dudas escríbeme y te las resuelvo:
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⚕️ Farmacéutica titular en Farmacia Pilar Barrau Maó Menorca.
👁️ Optometrista en Óptica Barrau.
🔉 Divulgadora de salud.
