De un tiempo a esta parte el agua alcalina se ha hecho un hueco entre los que quieren estar en forma y perder peso gracias a deportistas como Karim Benzema o actrices como Gal Gadot, que han confesado beber este tipo de agua. Desvelamos los mitos y verdades para descubrir si realmente funciona.
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Los defensores del agua alcalina aseguran que ayuda a desintoxicar el organismo, a perder peso y a prevenir enfermedades porque sostiene la teoría de que ciertas afecciones se desarrollan en un medio ácido, es decir, con un PH bajo. Por tanto, para prevenirlas lo ideal es aumentarlo o alcalinizarlo a través de alimentación.
Existen filtros, como el de GoFiltr, que se introducen en cualquier botella y convierte el agua del grifo en agua alcalina en tan solo 15 minutos.
Expertos en nutrición del centro de investigación en EE.UU., Mayo Clinic, aseguran que el agua alcalina «podría contener nutrientes añadidos para lograr un PH alcalino, pero es necesario hacer más investigaciones para verificar si son más beneficiosos». Por tanto, no se puede afirmar que el agua alcalina sea más saludable que el agua normal.
Lo que sí se puede afirmar es que el agua alcalina , a diferencia de la que se consume normalmente, tiene unos niveles alcalinos superiores porque contiene una mayor presencia de minerales como calcio, magnesio, silicio y bicarbonato que hacen que tenga más carga de iones y, por tanto, más oxígeno. La marca SmartWater o Waiakea son las más valoradas por quienes consumen este tipo de agua.
Expertos en nutrición explican que, aunque no se pueda corroborar que ayude a adelgazar o prevenir enfermedades, sí es un «antiácido natural». Además, es antioxidante e hidrata el organismo. Pero también advierten que consumir más de lo debido puede desestabilizar el organismo porque no está acostumbrado a esos índices de PH. Así que si piensas introducir esta bebida a la dieta lo más aconsejable es ponerte en manos de un nutricionista.
«Es necesario hacer más estudios para averiguar si influye en la pérdida de peso y si el beneficio continúa a largo plazo», concluye el estudio de Mayo Clinic.
