El mundo de la relojería de alta gama fue adquiriendo importancia a lo largo del siglo XX. Las diferentes casas que fabricaban esta maquinaria competían entre ellas para lograr nuevas piezas que impulsaran su funcionamiento y aportar curiosidades que atribuyeran nuevas funciones a los mismos. Aunque la marca de relojes más antigua del mundo nació en Italia, Breguet en 1810, la cual elaboró el primer reloj de pulsera que ha existido, los suizos fueron ganando terreno y su innovación los desmarcó de su competencia, ganando terreno. Los genios no solo existían en la química, sino que detrás de todo ese éxito incorporado las complejas composiciones se encontraban grandes mentes, que aportaban su talento en la incorporación sobre la innovación, componiendo máquinas de muñeca que llegarían a ser obras de arte e incluso objeto de coleccionista. Una de esas grandes personalidades fue Gerald Genta, la gran mente detrás de algunas de las piezas más exclusivas de la historia.
Los años setenta fueron muy fructíferos en materia de relojería. De aquella década prodigiosa, recordamos el debut de los modelos más exitosos que salieron de la chistera del diseñador al que homenajeamos en este artículo, entonces en estado de gracia. Son, entre otros muchos, el Royal Oak de Audemars Piguet, el Nautilus de Patek Philippe y el Ingenieur de IWC que siguen en boga hoy. Tanto, que no hay manera de comprarlos en las tiendas porque hay exceso de demanda y la oferta es muy limitada.
Su vida profesional nos hizo muchos regalos que siguen perennes, dentro de los más de 100.000 diseños que realizó y, no estando contento con esto, corría el año 1969 cuando Genta desrrolló su marca homónima, mediante la cual produjo piezas para clientes como el rey de Marruecos, los sultanes de Omán y Brunei e incluso el rey emérito, Don Juan Carlos I de España, no olvidándonos de la reina madre de Inglaterra.
Sus manos y su ingenio crearon avances en esa pequeña gran industria que, entre ellos, está el repetidor de minutos más fino del mundo, con sólo 2.72 mm de altura, así como el que fue, en su momento, el reloj más complicado del mundo: El Grand Sonnerie, con más de 1,000 piezas, incluyendo un tourbillon, calendario perpetuo, grande y petite sonnerie con carillón Westminster y cuerda automática.
Cartier, Van Cleef & Arpels, Chaumet, Hamilton, Bulgari, Seiko o Timex, fueron algunas de las marcas con las que colaboró, estableciendo las bases del estilo ‘sporty chic’ que domina actualmente la relojería. Y terminando con el reinado de los modelos redondos con correa de piel.
Bvlgari adquirió la marca al minorista singapurense The Hour Glass en el 2000, tras una caída de las ventas provocada por la crisis financiera asiática de 1997. A su vez, realizó algunas ediciones limitadas con el Gerald Genta en 2019, concretamente el Arena Bi-retro en platino, antes de anunciar durante los Geneva Watch Days 2021 que recuperaría la marca Genta. El reloj inaugural fue un Genta reconocible al instante, el Arena Retrograde Mickey Mouse.
Por ello mismo, LVMH, el grupo francés que domina el mundo del lujo mundial y que está encabezado por el magnate de la moda Bernard Arnault, ha decidido recuperar la marca del suizo, de forma paulatina, pero con objetivo a un largo futuro.
La compañía gala lleva un tiempo apostando por la recuperación de nombres clásicos e incluso la conservación de muchos, con la posterior muerte de sus fundadores, en definitiva, recuperan lo clásico, lo conservan y le dan forma para que represente un futuro.
Este proyecto se termina de definir con la ayuda de La Fabrique du Temps, especialista en complicaciones que fue adquirido por LVMH hace más de una década y que se ha modernizado hasta convertirse en una instalación en toda regla en Merlyn, incorporando otros componentes de producción como la fabricación de esferas. Afortunadamente, LFDT sigue estando dirigida por sus fundadores originales, Michel Navas y Enrico Barbasini, que solían trabajar con el difunto Genta en las décadas de 1980 y 1990, lo que añade un toque personal a la nueva marca. En el punto y seguido de la ecuación, el proyecto se complementa con Louis Vuitton, la casa de lujo francesa y una de las primeras adquisiciones del grupo francés (dejando a Bvlgari de lado) y la colaboración de Evelyne Genta (viuda de Genta), ha anunciado el renacimiento de la marca Gerald Genta.
Muchos admiradores de la casa y del mundo de los relojes, han expresado su preocupación sobre la adquisición, ya que se teme que la esencia de Genta sea extinguida y esta vuelta no suponga un halago, sino un perjuicio. Pero detrás de ello estará Jean Arnault, el hijo menor de Bernard Arnault, que supervisa el marketing y el desarrollo de la relojería en Louis Vuitton, y también está detrás del renacimiento de Daniel Roth. Arnault ha compartido algunos ejemplos clásicos de relojes Gerald Genta con interesantes formas de caja y grandes complicaciones.
Estos relojes también presentan una lujosa decoración, como grabados y joyas, que eran las preferidas de la clientela original de Genta, formada a menudo por miembros de la realeza adinerados que desean las piezas más finas y únicas. Gran expectación para uno de los grandes retornos de la relojería histórica.
