A Roberto Verino no le gusta hablar de éxito, sino de excelencia, ni tampoco de revolución sino más bien de evolución. El diseñador gallego nos abre las puertas de su exposición ’40 + 1′, en el ‘Fernán Gómez, Centro Cultural de Madrid de la Villa’, para hacer un viaje al pasado. Recordando su historia a través de fotografías y audiovisuales, el diseñador nos cuenta lo que hay detrás de cada imagen y el proceso creativo de las prendas que lucieron top models como Christie Turlington, Helena Christensen y Nieves Álvarez. No solo nos enseña la esencia de Verino, sino también de cómo ha caminado (y cambiado) la moda española en los últimos 40 años.
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La exposición ’40+1′ estará abierta en Madrid hasta el próximo 10 de abril, así que se corona como uno de los grandes planes para esta semana si te encuentras en la ciudad y te apasiona la moda. Después, emprenderá una gira por España y recorrerá ciudades como Valencia, Santander, Bilbao, Sevilla y Barcelona.
«La juventud se lleva en el interior, es una cuestión de actitud»
Roberto Verino nos recibe en Centro Cultura Fernán Gómez y nos espera junto a la fotografía que encabeza la exposición. Según nos cuenta, representa varios aspectos de su historia. La primera es que muestra el ADN del diseñador: «El traje masculino llevado al mundo femenino». Y la segunda nos traslada a un momento convulso en la historia de la moda en la década de los años 90.
«Cuando se hizo esta foto, en 1995, a los diseñadores se nos acusaba de fomentar una imagen de extrema delgadez en la juventud. Mis modelos nunca han mostrado esa imagen y en esta campaña quise acentuarlo con una modelo que tenía, entonces, 38 años». «Quise expresar con esta imagen que yo no estaba en ese juego. No buscaba en la juventud de las modelos generar un conflicto, al contrario. La juventud se lleva en el interior, es una cuestión de actitud. Puedes tener 80 años y ser joven, y ser viejo con 20″.
«Siempre he buscado la excelencia y el mestizaje, las confluencias de razas y culturas generan mejoras indiscutibles»
Defensor del concepto «armario emocional», apuesta por la durabilidad de las prendas con materiales de gran calidad y la atemporalidad. Prendas que pueden pasar de generación en generación, que se mantienen intactas y actuales como el primer día.
Para mostrarnos lo que él entiende por atemporalidad, nos detenemos en una fotografía de 1992. «La modelo lleva un abrigo de alpaca, un total look crudo que hoy en día sigue siendo muy actual».
Roberto Verino se muestra gran admirador del mestizaje, asegura que la mezcla de culturas distintas dan origen a nuevas mucho más hermosa. Seguimos en la campaña de 1992, contemplando a la modelo, «Yasmeen Ghauri es hija de madre pakitasní y padre canadiense, posee esos rasgos que mejoran la raza. Siempre he buscado la excelencia y, a veces, esas confluencias de razas y culturas generan mejoras indiscutibles».
«Lo importante es lo que ella transmite: Serenidad y autocomplacencia de estar a gusto consigo misma»
Mestizaje que también se ve reflejado en la siguiente fotografía, de 1993. En esta ocasión representado por la mezcla de lo femenino y masculino. «Christie Turlington con chaleco y pantalón… No necesita nada más, pues lo importante es lo que ella transmite: Serenidad y autocomplacencia de estar a gusto consigo misma».
«El chaleco, que posee un patronaje masculino, es una pieza que está en el tiempo sin ninguna limitación y hoy en día sigue estando en mis colecciones».
La campaña de 1994 volvió a ser protagonizada por Christie Turlington. «Lleva también un traje masculino pero vinculado al mundo del abalorio de azabache. Una piedra muy significativa en Galicia pues con ella se hacían todos los trajes de fiesta».
«Helena Christensen con una camisa de seda negra y un sombrero de estampado de leopardo. Qué imagen más sencilla y, sin embargo, se ve a una mujer empoderada. No necesita nada más«, explica Roberto Verino sobre la campaña de 1996.
Y llegamos al s.XXI, a 2002 con Nieves Álvarez como imagen. «Este es otro homenaje al mestizaje… En este caso a los zíngaros que en España se asentaron hace cientos de años. Para ello, aposté por una blusa con detalles de volantes y abalorios de monedas».
En Roberto Verino tampoco puede faltar la imagen masculina, aunque reconoce que empezó a trabajar con ellos «como apoyo a los desfiles de mujer». Sin embargo, hoy en día ambas colecciones están casi en igualdad de condiciones.
Terminamos el recorrido sobre una fotografía de 1995, con la modelo Beberly Peele. «Hubo una revista que nos vetó esta imagen… no nos dejó publicitarnos en su publicación», recuerda Verino y confiesa que su proceso creativo siempre comienza mirando la colección anterior «para ver qué ha funcionado y lo que no, y en aquellas prendas que consideras que puedes mejorar, lo tomas como referente».
