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Descubren un nuevo tipo de meteorito que contiene pistas sobre el origen del sistema solar

Un nuevo tipo de meteorito podría proporcionar valiosas pistas sobre cómo se formó nuestro sistema solar, y de la evolución de la Tierra.

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  • Francisco María
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Un estudio publicado en la revista Nature el 29 de agosto de 2023, propone que el meteorito Erg Chech 002 podría ofrecer valiosa información sobre el origen del Sistema Solar primitivo. Este estudio se basa en la investigación de una roca que cayó en mayo de 2020 en el Erg Chech, una región desértica en el suroeste de Argelia.

Erg Chech 002 es un meteorito clasificado como una acondrita. Esto indica que ha sufrido procesos de fusión en otros cuerpos celestes como asteroides o planetas. Aunque se sabe que pertenece a esta categoría, su origen específico y sus relaciones con otras rocas espaciales aún no se han determinado del todo.

El meteorito Erg Chech 002

Erg Chech 002 está compuesto principalmente de roca volcánica. Se cree que formó parte de la corteza de un planeta que surgió en los primeros años del sistema solar. Este meteorito tiene unas características únicas. Esto lleva a pensar que proviene de un astro que ya no existe o que se ha fusionado con un objeto más grande.

El objeto celeste tiene una antigüedad de 4.565 millones de años. No solo es más antiguo que la Tierra misma, sino que también se formó en los primeros millones de años del sistema solar.

Los científicos establecieron que el meteorito contenía isótopos estables de magnesio-26 (M-26). Estos son producto de la desintegración del aluminio-26 (Al-26). Dicho isótopo se forma en el espacio durante reacciones nucleares en estrellas masivas y explosiones de supernovas.

Según la teoría aceptada, las partículas de Al-26 son expulsadas de estos eventos. Después terminan impregnando todos los objetos que encuentran en su camino, incluidos los asteroides.

Un descubrimiento significativo

El estudio de Erg Chech 002 está ayudando a los astrónomos a comprender mejor las condiciones del universo durante la formación del sistema solar. Además, ha permitido ajustar los métodos de datación utilizados para determinar la edad de los cuerpos espaciales. Esto podría tener un impacto significativo en nuestra comprensión del origen y la evolución del sistema solar.

El aluminio-26 (Al-26) es considerado una de las principales fuentes de calor en el sistema solar primitivo. El cosmoquímico Evgenii Krestianinov, de la Universidad Nacional de Australia, reveló que la distribución de Al-26 fue desigual durante la niñez del sistema solar.

No todos los asteroides de edad similar a Erg Chech 002 tienen la misma cantidad de isótopos de aluminio-26. Por lo tanto, Krestianinov sugiere que la lectura de Al-26 no debería ser utilizada para determinar si una roca formó parte del sistema solar temprano. En su lugar, se deberían emplear otros métodos de análisis, como el estudio de los isótopos de uranio-235 y uranio-238.

Otro descubrimiento alucinante

Un equipo de investigación de la Universidad de Curtin en Australia identificó una partícula de polvo extremadamente antigua, encontrada en un meteorito extraterrestre.

Esta partícula proviene de una estrella anterior a nuestro Sol y es mucho más antigua que nuestra estrella. El hallazgo, publicado en la revista The Astrophysical Journal, revela que esta partícula es una de las más antiguas conocidas en el universo.

Aunque el material de los meteoritos generalmente se origina en nuestro sistema solar, la partícula descubierta tiene un origen mucho más remoto. Surgió en una época anterior a la formación de nuestro sistema solar, hace aproximadamente 5.000 millones de años.

Aunque la partícula es diminuta, tiene un gran valor para la ciencia. Su antigüedad la convierte en el material sólido más antiguo jamás encontrado en la Tierra. Este descubrimiento ofrece una visión única sobre la vida, muerte y renacimiento estelar a lo largo de casi toda la historia del universo, que abarca 13.800 millones de años.

Phil Bland, coautor del estudio, destaca la importancia de vincular mediciones a escala atómica con el descubrimiento de un nuevo tipo de estrella. Este avance está ampliando los límites tanto de las técnicas analíticas como de los modelos astrofísicos.

¿Cómo pudo ser el origen de nuestro sistema solar?

Una de las teorías más aceptadas sobre el origen del sistema solar es la teoría nebular. Según esta hipótesis, el sistema solar se formó a partir de una nube de gas y polvo cósmico conocida como la nebulosa solar. Esta nube comenzó a colapsar debido a fuerzas gravitacionales, provocando la formación de un disco protoplanetario alrededor de una joven estrella, nuestro sol.

A medida que el disco protoplanetario se enfriaba y condensaba, los materiales presentes en él comenzaron a agruparse y a formar cuerpos más grandes, como planetas y asteroides. De esta manera, se cree que los planetas del sistema solar, incluida la Tierra, se formaron a partir de la acumulación de material en el disco protoplanetario.

Otra teoría interesante sobre el origen del sistema solar es la hipótesis de la captura gravitatoria. Según esta idea, el sol pudo haber capturado planetas errantes que se encontraban vagando por el espacio interestelar. Estos planetas errantes habrían sido atraídos por la fuerza gravitatoria del sol y se habrían incorporado al sistema solar, adquiriendo órbitas estables alrededor de nuestra estrella.

Otras teorías

Por otro lado, existen teorías que sugieren que el sistema solar pudo haber experimentado colisiones catastróficas con otras estrellas o sistemas planetarios en el pasado. Estas colisiones habrían dado lugar a la formación de nuevos cuerpos celestes, alterando la composición y la disposición de los planetas y asteroides en el sistema solar.

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