OkBaleares
LA BUENA SOCIEDAD

Tarde de toros en el Círculo Mallorquín

El pasado lunes el Círculo Mallorquín, organizado por su sección taurina, fue sede de una magnífica jornada torera en la que los socios pudieron disfrutar de tres grandes catedráticos y doctores en tauromaquia como son Rafael Cabrera, José Campos Cañizales y José Ramón Márquez, quienes vinieron a presentar el segundo tomo del libro Mi Torero.

Se trata de una seleccionada recopilación de recuerdos taurinos, retazos memorables de tardes gloriosas de distintos toreros y de los distintos escritores que con mucho encanto las describen, con el mismo entusiasmo con el que las disfrutaron en directo. En definitiva, breves semblanzas que varios intelectuales del toreo se han encargado de recoger, cada una referida a un diestro distinto, y que ya con los dos ejemplares suman más de veinte historias toreras vividas, siendo cada una por sí sola una auténtica obra de arte propia de las figuras que las protagonizan.

El gran mérito de Nacho Deyá Frutos, actual y exitoso presidente del Círculo Mallorquín, ha sido defender la fiesta nacional, o sea, los toros, y todo ese gran mundo que lo rodea y que tantos campos mantiene, al igual que una enorme cantidad de trabajadores, que van desde la tierra al cielo de la confección más exquisita de los vestidos de torear. Son auténticas joyas que han sido capaces de inspirar a los más grandes diseñadores de la historia.

No hay desfile en París en el que no aparezca una chaqueta torera o un capote a modo de capa. Los más grandes, desde Yves Saint Laurent, pasando por Karl Lagerfeld Christian Lacroix, eran habituales de las corridas que con tanto éxito se celebran en Nimes, donde han debutado tantos grandes.

Presentación del segundo tomo del libro ‘Mi Torero’ en el Círculo Mallorquín.

Alexander McQueen, el prematuramente desaparecido diseñador inglés, se fascinaba ante el ambiente que se generaba en la plaza de toros, al igual que el antiguo diseñador de Dior, John Galliano, que era capaz de recrear ese ambiente sobre las pasarelas de alta costura.

Escribo esta reseña para poner en valor lo que la cultura taurina ha aportado a algo tan popular como la moda, que influye, aunque no lo creamos, en la vida de todos. Todos los diseñadores que he nombrado han sido o son grandes  intelectuales, personas cultivadas que de la fascinación que les produjo una primera corrida, llegaron a profundizar tanto en la fiesta que la convirtieron en pasión.

Claro que también intelectuales de otras disciplinas han defendido la fiesta, por encima de populismos contrarios guiados por políticos que desprecian todo lo que tenga aroma español. Los toros fueron y han sido siempre la perfecta conjunción de arte y belleza.

Y me temo que lo seguirán siendo mientras existan instituciones como el Circulo Mallorquín que los defienden de la mejor manera, que no es otra que no ocultar su pasión por ellos y animando las corridas con la presencia masiva de sus socios, cada vez que en el Coliseo Balear se celebra una corrida.

Tarde taurina con socios del Círculo Mallorquín.

Sirva como ejemplo una anécdota familiar que me divierte mucho. El primer coche con mecánico que utilizó mi familia materna, según contaba divertida mi abuela, fue para asistir desde Pollença a Palma a la inauguración del Coliseo. Las jóvenes hermanas se disputaban un puesto junto al conductor y éste, al ver que la batalla iba en aumento, soltó a bocajarro que las señoritas van siempre detrás, delante se sienta el servicio.

El caso es que la familia, apretujada, llegó a las puertas del nuevo edifico y quedó fascinada con su belleza. En Pollença, en la época, había una plaza, pero nada que ver con aquella maravilla que aparecía ante sus ojos y el ambiente elegante y cosmopolita que se generaba a su alrededor.

Es lo mismo que sentí la primera vez que acudí a una corrida y no les cuento lo que siento cuando puedo disfrutarlas desde el callejón, donde todo adquiere otra dimensión.

Perdonen la vulgaridad que voy a contarles. En una de las grandes noches taurinas del verano, justo detrás de mí estaba la infanta Elena con sus hijos. A mi lado estaba un importante apoderado, ambos apoyados en las maderas, disfrutando de un toro fabuloso. De repente se dirigió como un torpedo hacia mí y puso su cara pegada a la mía. Su aliento era pura fuerza, nunca me sentí más pequeño, una molécula frente a un Dios.

El apoderado, todo un experto gracias a Dios, me dijo, no te agaches, no te muevas, no respires que saltará la barrera y se lanzará contra la infanta. Tal cual. Les confieso que en ese momento pensé, me hare pipí delante de una infanta de España. Gracias a Dios, el toro, al igual que hizo un elefante en Kenia, me miró con desprecio, se dio la vuelta y me regaló la vida.

Hay que aconsejar sin lugar a dudas la adquisición de estos dos pequeños libritos, el segundo de los cuales muchos socios y amigos del Círculo Mallorquín ya pudieron comprar, dedicados por los ponentes. Algunos pocos ejemplares quedaron en el propio Círculo, a disposición de quienes quieran tener estos muy especiales recuerdos taurinos.

Y finalmente, dar la enhorabuena a la sección taurina del Círculo Mallorquín, que preside Ignacio Deyá, por estas memorables tardes de toros que nos regalan esperanza.