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Pau Rigo asegura que los asaltantes le golpearon y temió por su vida: «Hasta que decidí defenderme»

"Fui atacado teniendo la escopeta en las manos, ¿qué iba a hacer? Disparé a bulto", afirma

La Fiscalía pide cuatro años de prisión para el anciano de 84 años por un delito de homicidio

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Pau Rigo, el anciano de Porreres (Mallorca) que mató a un ladrón que entró en su casa en febrero de 2018, ha asegurado en el juicio que los asaltantes le golpearon en repetidas ocasiones y que temió por su vida y la de su esposa. «Hasta que decidió hacer algo, defenderme», ha manifestado para justificar que cogiera una de sus escopetas y disparara contra uno de ellos.

La Audiencia Provincial ha seguido este viernes con la repetición del juicio con jurado popular contra el octogenario, para quien la Fiscalía pide una pena de cuatro años de prisión por un delito de homicidio y cuya defensa solicita que sea absuelto al considerar que actuó en legítima defensa. A lo largo de la segunda sesión de la vista oral han declarado tanto Rigo como los otros tres procesados, acusados de planificar y perpetrar el robo.

En su interrogatorio, Rigo, quien en el momento de los hechos tenía 78 años, ha relatado que fue abordado por dos ladrones (hermanos entre sí, uno de ellos el fallecido), que le golpearon en distintos momentos del asalto. Ello, sumado a que sospechó que buscaban más del dinero del que tenía y que había sufrido recientemente otro robo violento en su domicilio, le hizo temer por su vida y por la de su esposa, ha subrayado.

Según su relato, aprovechó una ocasión para ir a por una de sus dos escopetas, que tenía cargada, y se apostó con intención de amedrentar a los ladrones y que se marcharan. «Nunca pensé en disparar. Fue en defensa, yo no ataqué, me atacaron, que no es lo mismo. Fui atacado teniendo la escopeta en las manos, y ¿qué iba a hacer? Disparé a bulto. No sabía dónde había disparado», ha aseverado.

Por su parte, el ladrón que conservó su vida ha negado que ni él ni su hermano golpearan a Pau Rigo antes de que éste efectuara el disparo. «En ningún momento fuimos agresivos con él, golpeándole o tirándolo al suelo. Él estaba con total libertad», ha dicho el hombre, para quien el Ministerio Público pide seis años de prisión por sendos delitos de robo y lesiones.

«No vengo aquí a decir que el Pau es un asesino, le tengo empatía, podría ser mi abuelo. Yo lo único que quiero recalcar es la verdad de los hechos, y estoy segurísimo que él no quería que pasara lo que pasó. Soy consciente de que fui el provocador, yo me equivoqué, pero pienso que ese arma no tendría que haberse disparado», ha declarado.

Por su parte, los dos vecinos de Campos acusados de planificar el robo y trasladar a los asaltantes hasta el domicilio del anciano, quienes se enfrentan a cinco años de prisión y ya cumplen condena por perpetrar otro robo en casa de Rigo, han admitido su participación en los hechos.

La fiscal considera que Rigo podría haber evitado el disparo mortal que efectuó con su escopeta porque «había otro modo de proceder», según defendió en la apertura del juicio la representante del Ministerio Público que reprochó a Rigo que ante el robo que estaba sufriendo en su domicilio, y pese a encontrarse «intimidado», cogiera una escopeta ya cargada y disparase contra uno de los asaltantes en el abdomen, causándole la muerte.

«Creo que había otros modos de proceder antes que disparar en la forma que lo hizo. Había una alarma que podría haber accionado, podría haber salido por la puerta…», indicó.

«Los ladrones considero que no lo hicieron bien (…), pero también creo que Pau no lo hizo bien», ha subrayado la representante de la Fiscalía, la única de las partes que solicita penas de prisión para cada uno de los procesados. En concreto, pide cuatro años de cárcel para el octogenario por un delito de homicidio, y entre cinco y seis años de privación de libertad para los ladrones.

Según la tesis de la fiscal, Rigo aprovechó que ambos asaltantes se encontraban saqueando la caja fuerte, ubicada en el sótano, para coger su arma de fuego que se encontraba en su habitación, ya cargada. «Pensó: ‘de esto me encargo yo’. Y se encargó. Eso es lo que creo que ocurrió».