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Monasterio de Lluc: qué ver, cómo llegar, consejos

Proponemos en este artículo una visita a uno de los lugares más fascinantes y mágicos de Mallorca, el  Santuario de Lluc, en el corazón de la cordillera norte de la isla. Un lugar fascinante por muchos motivos y entre ellos la belleza del santuario y de todo su entorno, su historia, sus leyendas y su patrimonio. Es también el centro de la espiritualidad de Mallorca y un lugar incomparable para el descanso, la reflexión, el senderismo o los encuentros y celebraciones familiares. También para mirar el firmamento.

Los primero que hay que contar es cómo llegar a Lluc y la realidad es que son varios los caminos que conducen al santuario a cada cual más espectacular. En coche se puede llegar desde Inca por la sinuosa carretera que transcurre entre montañas y valles. También en coche se llega a Lluc desde el pueblo de Sóller, un trayecto que permite contemplar algunos de los enclaves más emblemáticos de la Serra de Tramuntana como son el Puig Major, el Torrent de Pareis o los embalses de Cúber y Gorg Blau sin olvidar el valle de Monnaber.

Y otra forma de llegar en coche es desde el pueblo de Pollença. Todos estos trayectos atraviesan parajes impresionantes de la Serra de Tramuntana, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Hay otra forma de llegar a Lluc y es precisamente la más tradicional, la que siempre habían utilizando los peregrinos: andando. Hay diversos trayectos a pie y el más utilizado es el que parte desde el pueblo de Caimari. También existe una ruta senderista de Pollença a Lluc y otra, ya más complicada, de Sóller a Lluc.

Interior de la iglesia del Monasterio de Lluc.

Ya estamos en el santuario que, como su nombre indica, está dedicado a la Virgen de Lluc. Cuenta la leyenda que a  mediados del siglo XIII un joven pastor encontró la imagen de la Virgen de Lluc en la montaña mientras conducía las ovejas de su padre. La imagen fue trasladada hasta la parroquia de la localidad de Escorca pero al día siguiente volvió a aparecer en el lugar donde el joven la había descubierto. Así pues, se llegó a la conclusión de que la Virgen quería permanecer allí, por lo que se levantó una pequeña capilla en el punto exacto del hallazgo: Lluc.

Els Misteris de Lluc.

Pronto se extendió la noticia y  se iniciaron las peregrinaciones a la zona. En el siglo XIV se creó una hospedería para dar cabida a los fieles que visitaban la capilla. Poco a poco se fueron sumando instalaciones y dependencias hasta conformar el gran conjunto monástico y centro de peregrinación que es actualmente.