Andalucía
Audiencia de Sevilla

El socialista que cobró 500.000 euros enchufado en la Faffe: «Iba cada 15 días, no necesitaba despacho»

Villén reconoce que contrató a Torres al margen de las vías que usaba la entidad: "Busqué el camino más rápido"

El ex alcalde de Lebrija dice que en la Faffe quedaron "alucinados" con su capacidad para captar financiación

El ex alcalde de Lebrija (Sevilla) Antonio Torres (PSOE), acusado de ocupar un cargo directivo «inexistente» en la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) y llevarse 500.000 euros sin moverse de casa, ha alegado que iba a la sede «cada 15 días» porque «no necesitaba despacho». El ex director general de la entidad pública, Fernando Villén (ya saben, el socialista condenado a seis años de prisión por dilapidar más de 32.000 euros en prostíbulos), ha reconocido que buscó «el camino más rápido» para su contratación, al margen de las «tres vías» marcadas por la fundación para incorporar trabajadores.

Villén y Torres están acusados ambos de presuntos delitos de malversación y prevaricación. La Fiscalía Anticorrupción ha mantenido este lunes sus peticiones de pena de cuatro años de cárcel para el primero y dos años y medio para el segundo.

En el juicio que celebra la Audiencia de Sevilla por la contratación a dedo del ex alcalde, varios testigos han confirmado que Torres no pisaba la sede. «Sólo le vi una vez y pensé: ¿Quién es ese señor?», declaró una ex directiva de la Faffe. Días antes, otro alto cargo de la entidad dijo que nunca vio «físicamente» a Torres en las instalaciones de la empresa.

Torres se ha defendido alegando que ofreció sus «servicios profesionales de gestor público» a Villén y que fue contratado tras «dos entrevistas». Según él, logró captar para la Faffe hasta «dos millones de euros de recursos directos» para políticas de la entidad y la firma de hasta 80 convenios, aunque ha dicho que no llevaban su rúbrica porque por su cargo no le correspondía.

También ha insistido en que «no necesitaba despacho» en la sede de la entidad, pero acudía «como mínimo cada 15 días» para «dar cuenta de su tarea». Según ha manifestado, fue «un honor» trabajar para la Faffe e incluso hubo quienes quedaban «alucinados» con su capacidad para captar financiación.

Villén enchufó a Torres después de que éste perdiese la Alcaldía de Lebrija en las elecciones municipales de 2003 tras 24 años en el poder. Según el juez instructor, el organigrama administrativo de la Faffe «no contemplaba puesto directivo alguno» al que Torres pudiera acceder, por lo que Villén creó uno «ad hoc que denominó Dirección de Relaciones Externas», un departamento «inexistente» que no tenía «estructura ni funciones». «Era un desconocido. Ni acudía a la sede de la fundación ni desempeñaba trabajo alguno», apuntó el juez.

Torres entró en la Faffe un mes después de que el PSOE perdiese las elecciones en Lebrija. Tras un año y medio con contrato temporal, pasó a ocupar un cargo de directivo con un sueldo de 46.750 euros anuales. En total, hasta la extinción de la entidad en 2011, se embolsó 491.203,03 euros. En esos años, Torres viajó a Perú con cargo a fondos públicos para participar como invitado en una conferencia y se compró un piso de 156 metros cuadrados en el centro de Sevilla valorado en casi 300.000 euros.

«Habían escuchado hablar mucho de mí»

El acusado ha manifestado que tras conocer por el BOJA que la Junta de Andalucía iba a crear la Faffe para políticas públicas de formación y empleo, decidió entrar en contacto con su director general para ofrecerle sus «servicios como profesional de la gestión pública», ya que, remarca, había sido alcalde 24 años, presidente de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, presidente de la antigua sociedad provincial Sevilla Siglo XXI y «10 años profesor de la Universidad de Sevilla».

Torres ha asegurado que Villén «había escuchado hablar mucho» de él por haber «conseguido 164 millones» de euros para la Mancomunidad o por poner en marcha en el Ayuntamiento de Lebrija «uno de los primeros proyectos de autoempleo en el mundo rural».

El socialista ha declarado que antes de su contratación mantuvo «dos entrevistas» con Villén y fue firmado para un «puesto técnico adjunto a la dirección de área» con el fin de «captar recursos» económicos, negando así que en su primer contrato figurase la categoría de gestor de recursos municipales.

Torres ha atribuido «a la burocracia» el hecho de que en su tarjeta de empresa figurase el cargo de director de Recursos Externos, detallando que él cobraba «un poco menos» que el personal directivo de la entidad.

Según el juez instructor del caso, «se procuró tarjetas de visita o presentación», y «la escasa actividad realizada, limitada a puntuales contactos con algún político o autoridad», la llevó «siempre» a cabo desde su domicilio.

Además, Torres ha alegado que no usaba una dirección corporativa de correo electrónico porque «siempre» desempeñó su labor institucional con su cuenta personal. Sobre su nula presencia en los comités de dirección de la entidad, ha sido escueto: «No me convocaban, por eso no fui».

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