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Mónica García excluye fármacos clave para pacientes con cáncer de próstata

El cáncer de próstata (CaP) es conocido como el cáncer invisible, sin embargo, ocupa el primer lugar en incidencia en hombres

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Los datos de incidencia de cáncer en España obtenidos por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y ANCAP cifran los casos de cáncer de próstata en 33.769 y 6.112 fallecidos por esta causa, situándose como el primer tumor más frecuente en hombres. Estas cifras apuntan a un crecimiento progresivo de casos acumulados en los últimos cinco años.

Sin embargo, pese a estos datos, la ministra de Sanidad, Mónica García, mantiene su falta de compromiso con los pacientes de cáncer de páncreas, a los que ha dejado fuera de prestaciones básicas por los numerosos efectos secundaros de los tratamientos como la incontinencia urinaria, siendo necesaria establecer una financiación real para los absorbentes, ya que la cobertura actual es limitada y afecta gravemente la autoestima de los pacientes. Asimismo, no está incluida en la cartera de servicios del SNS la rehabilitación del suelo pélvico mediante sistemas electromiográficos y ecográficos, que son fundamentales para mejorar el control motor de los músculos y las células nerviosas implicadas. Esto obliga a los pacientes a asumir estos costos en la sanidad privada, lo que genera desigualdades en el acceso.

En el caso de la disfunción eréctil, el SNS tampoco cubre los tratamientos farmacológicos necesarios, como el sildenafilo (Viagra, Vizarsin) y el tadalafilo (Cialis), que actúan dilatando los vasos sanguíneos del pene para facilitar la afluencia de sangre durante la estimulación sexual. Además, tampoco se contempla la prescripción de implantes de prótesis de pene para aquellos pacientes que cumplen con los criterios médicos para su implantación, a pesar de la importancia de estos dispositivos para la calidad de vida de los afectados.

El cáncer de próstata (CaP) es conocido como el cáncer invisible. Sin embargo, ocupa el primer lugar en incidencia entre los hombres, representando el 21% de los 161.651 casos anuales de todos los tipos de cáncer diagnosticados en varones, superando al cáncer de pulmón y al colorrectal.

Pero otro dato se encuentra en el ámbito de la oncología, donde el porcentaje de disponibilidad de nuevos tratamientos en España es del 57%, muy por debajo de otros países europeos. Alemania, por ejemplo, alcanza un 98% de disponibilidad, mientras que Italia registra un 83%, Inglaterra un 76%, y Francia un 72%. Estos números evidencian una brecha significativa que afecta el acceso de los pacientes españoles a terapias innovadoras.

También, el lugar donde vivimos influye en la salud. Aunque todos estamos expuestos a las mismas enfermedades, no todas las pacientes tienen las mismas oportunidades para tratarlas. Por todo ello, los pacientes denuncian la falta de equidad en la distribución de recursos sanitarios entre las Comunidades Autónomas, tanto en términos generales como específicamente en el tratamiento del cáncer de próstata (CaP).

En este sentido, tanto el Sistema Nacional de Salud (SNS) como la Cartera de Servicios Comunes, precisa una modificación en el procedimiento de actualización de prestaciones y servicios, de manera que las asociaciones de pacientes puedan participar activamente en este proceso. Actualmente, este procedimiento resulta opaco para los pacientes, lo que dificulta su contribución en la mejora de los servicios que directamente les afectan.

Así, se hace imprescindible que el ministerio que dirige Mónica García, integre estas necesidades en la cobertura del Sistema Nacional de Salud para garantizar una atención integral y equitativa a los pacientes con CaP, mejorando no sólo su salud física, sino también su bienestar emocional y calidad de vida.