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Lengua a la provenzal

La lengua a la provenzal es un delicioso plato que, como su nombre lo indica, se prepara con hierbas provenzales. Una deliciosa y aromática mezcla de especias proveniente de la cuenca del Mediterráneo, típica de la cocina francesa. Esta combinación de hierbas, hojas, ajo, aceite de oliva y otros ingredientes, estimula gratamente el paladar.

Además de su seductor aroma, la lengua a la provenzal es un plato rico en proteínas y en potasio. Una elaboración con buenos nutrientes, excelente para los músculos y para regular los líquidos en el organismo.

Ingredientes:

Cómo preparar lengua a la provenzal:

  1. Lavar la lengua bajo un chorro permanente de agua. Hacerlo hasta que el agua salga casi transparente.
  2. Poner a hervir 3 litros de agua en una cacerola grande y poner a cocinar la lengua.
  3. Añadir a la misma cacerola la zanahoria, previamente lavada y cortada en trozos medianos. Lavar el tallo de apio, cortar de manera rústica y agregar también. Realizar la misma acción con la cebolla grande. Incorporar dos hojitas de laurel. Cocinar durante tres horas a fuego medio.
  4. Pasado este tiempo, sacar la lengua de la cacerola. Retirar la capa exterior y conservar el interior suave. Retirar la grasa y cortar en rodajas de unos dos centímetros de grosor. Reservar.
  5. Preparar la salsa provenzal. Exprimir los limones en un recipiente pequeño. Rallar los ajos. Rallar la cáscara de un limón hasta obtener media cucharita de ralladura. Agregar 6 cucharadas de perejil finamente picado y 3 cucharadas de cebollino picado. Agregar sal y aceite al gusto y, por último, las hojas de menta. Mezclar y reservar.
  6. Calentar una sartén, agregar sal y aceite sobre cada rodaja de lengua y sellar por ambos lados. Se debe evitar moverlas por espacio de 4 minutos para que se doren de manera uniforme. Reservar.
  7. Agregar una cucharada de la provenzal sobre cada rodaja de lengua 30 segundos antes de retirar del fuego. Servir en caliente y disfrutar de una textura melosa, diferente.

Prepara este plato económico, sencillo, sabroso y muy nutritivo. Es una buena opción para servir con entrante. También puedes servir como principal y acompañarlo con distintas guarniciones. Por ejemplo, un arroz blanco, un puré suave de patatas asadas o al horno con perejil. Te encantará.