¡¡Socorro!! Llega la Eurocopa

Lo malo no es que se vaya a disputar la Eurocopa de Selecciones, que tampoco tiene nada de bueno, lo peor es que dura un mes, que acceden a la fase final la friolera de 24 equipos, 36 en el Mundial 2026, y que empezarán las ligas domésticas con un montón de jugadores que no habrán disfrutado de sus vacaciones y otros que apenas habrán descansado dos semanas, una forma como cualquier otra de pervertir las competiciones.

Entre los campeonatos continentales y la Jules Rimet había un paréntesis de un verano sin trabajo para los futbolistas, cuya carga de trabajo repercute en perjuicio del espectáculo, cada vez más pobre. Por eso, en aras de su afán recaudatorio, la FIFA montó el Mundialito de clubs al que concurrirán 32 equipos dentro de un año en los Estados Unidos.

Solo falta que la conquista de su décimo quinta Champions no calme las ansias de Florentino Pérez y los fiascos de Jan Laporta y sigan amenazando con la Superliga para hastío de los tele espectadores, verdadero sostén de todo el tinglado, y martirio de los profesionales, sometidos cual esclavos a un calendario agotador e inconsecuente.

El sindicato FIFPRO, presidido por el español David Aganzo que reúne a 65.000 futbolistas procedentes de sus asociaciones nacionales, amaga con enfrentarse a tamaña dictadura, pero hace tiempo que no pasa de la amenaza. De momento nos vamos a tener que tragar otro latazo de partidos tan apasionantes como un Rumanía-Ucrania, Eslovenia-Serbia o Turquía-Georgia entre otros. Ya veremos cuántos de los 51 encuentros que nos esperan somos capaces de soportar.

Esto no es todo. El mercado de fichajes se ralentiza al máximo, de no paralizarse, lo que representa una enorme dificultad sobre todo para los más modestos, cuya capacidad económica y persuasiva difiere de sus rivales más elitistas. Un extraño sentido de la igualdad que debería presidir cualquier actividad competitiva