Opinión

De liberales, fachas e independentistas catalanes

Los liberales somos muy dados a dar y quitar carnets. Liberal clásico, libertario, minarquista, anarcocapitalista, liberalconservador… todo el día con la libertad individual en la boca pero parece que lo que más nos gusta es decirle a los demás liberales lo poco liberales que son. Y uno de los debates que más carnets pone en duda es el del pretendido derecho a decidir de los secesionistas catalanes. Aquí, a la que te descuidas, dejas de ser liberal y te conviertes en facha, estés del lado que estés. Porque los nacionalistas catalanes dicen que los que no les dejan decidir son los fachas españolistas y los nacionalistas españoles aseguran que son los fachas nacionalistas catalanes los que quieren decidir por los demás. Y en este debate los liberales también nos dividimos, como los demás. Yo quiero explicar mi punto de vista liberal…  y enfurruñado, o sea, estrictamente personal.

Como liberal lo primero que me planteo es dónde reside la soberanía. Para unos, la soberanía reside en la nación española y, para otros, en la nación catalana. La nación española niega la soberanía de esa entidad menor catalana igual que la nación catalana le niega la soberanía a su entidad menor del Valle de Arán y ésta, a su vez, se la negará al terçon de Marcatosa y esta al municipio de Vilac, y así sucesivamente. Nadie renuncia a su soberanía para regalársela a otro. Pero pocos liberales negarán que la soberanía no debe residir en un grupo, sino en el individuo y que sólo éste, expresa y voluntariamente, puede consentir en delegar en un grupo parte de sus libertades. Así, cualquier persona debería poder dejar de ser español para integrarse en el nuevo grupo que mejor le plazca, ya sea catalán, aranés, de cualquier entidad menor… o de ninguna. Pero los nacionalistas catalanes reclaman para ese grupo, no voluntario sino forzoso y excluyente de personas, un derecho a decidir que niegan a otros grupos menores con lo que convierten en privilegio lo que reclaman como si fuera un derecho.

De este modo, resulta evidente que el derecho a decidir que reclaman los nacionalistas no es en defensa de los derechos individuales, pero algunos secesionistas argumentan que no siendo un ideal, sí es un paso en el camino correcto, puesto que se plantea como una libertad añadida a las ya existentes y está encaminada hacia un Estado más pequeño. Parecen querer decir que Cuba es más libre que USA, y Corea del Norte más liberal que Australia, porque son más pequeños. La libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos es aún menor en Cataluña que en el resto de España, las sanciones a los comercios que no rotulan en catalán no son ejemplos de liberalismo, las faltas de respeto a las opiniones diferentes, la uniformidad y el adoctrinamiento nacionalistas tampoco son en absoluto liberales. No, el pretendido nuevo Estado catalán no lleva el camino de la libertad sino todo el contrario, el de un nacionalismo rancio, liberticida y excluyente al que como liberal, me opongo.

Pero es que, además, el sometimiento a la ley, tanto de los individuos como del Estado, es la única forma de garantizar los derechos y libertades individuales. La propiedad privada, la libertad individual y el sometimiento a la ley son tres pilares del liberalismo. El Estado está limitado a actuar en el ámbito que le permiten las leyes consensuadas, que deben ser modificadas conforme a los procedimientos democráticos previstos. Se puede plantear la secesión pero sólo cumpliendo la legalidad y los procedimientos democráticos para modificar la Constitución que a todos nos obliga. No, de ninguna manera, sin sometimiento a la ley no existe libertad. El nacionalismo ha sido siempre la excusa perfecta de los políticos para recortar nuestros derechos y aumentar su poder, pero al menos que no nos cuelen su ambición como liberal.