Coche

La temperatura exacta a la que debes poner la calefacción del coche, según los expertos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En invierno,una de las primeras cosas que hacemos al subir al coche es encender la calefacción. Aunque la mayoría queremos sentir el calor lo más rápido posible, lo cierto es que una calefacción excesivamente alta puede ser perjudicial para la conducción. Por ello, es fundamental mantener la temperatura de la calefacción del coche dentro de un rango adecuado para garantizar tanto el confort como la atención y la seguridad mientras conducimos.

Según expertos del Real Automóvil Club de España (RACE), la temperatura más recomendada se sitúa entre los 19°C y 22°C. Estudios han demostrado que en este rango el conductor se siente lo suficientemente cómodo para mantenerse alerta y atento al tráfico, pero no se expone a los efectos negativos de la deshidratación o la somnolencia. Además, esta temperatura ayuda a mantener la circulación de aire dentro del habitáculo, lo que contribuye a evitar que se empañen los cristales.

La temperatura ideal de la calefacción en el coche

Uno de los errores más comunes al conducir durante el invierno es subir demasiado la temperatura del coche para contrarrestar el frío exterior. Aunque al principio puede parecer la solución más rápida y efectiva, una  puede generar una serie de efectos negativos que afectan directamente nuestra capacidad de conducción.

En primer lugar, el calor excesivo dentro del coche provoca sudoración, lo que puede llevar a la deshidratación, un factor que disminuye nuestra agilidad y capacidad de reacción al volante. Asimismo, el calor excesivo también puede inducir a la fatiga. La somnolencia y el cansancio pueden disminuir considerablemente nuestra atención al volante, haciendo más difícil identificar posibles peligros en la carretera.

Por otro lado, algunos conductores prefieren mantener la calefacción a una temperatura baja, o incluso no encenderla. Sin embargo, esto también tiene efectos negativos. Cuando el coche está demasiado frío, puede hacer que nuestros músculos se entumezcan. Esta rigidez muscular disminuye nuestra capacidad para reaccionar rápidamente ante cualquier situación de emergencia. Además, los pies fríos dificultan el control de los pedales, lo que incrementa las posibilidades de sufrir un accidente.

El frío también afecta la percepción visual. Cuando estamos incómodos y tenemos frío, nuestra capacidad de concentración disminuye. Esto se traduce en una mayor probabilidad de no percibir señales de tráfico, otros vehículos o incluso animales en la vía. En resumen, conducir en un coche frío y con las manos y los pies entumecidos puede ser tan peligroso como hacerlo en un vehículo donde hace mucho calor.

El rango perfecto

Los expertos recomiendan mantener la calefacción del coche entre 19°C y 22°C para garantizar la seguridad y el confort mientras conducimos durante los meses de invierno. Evitar temperaturas extremas tanto de calor como de frío nos permite concentrarnos mejor en la conducción.

Además, esta temperatura favorece la correcta circulación del aire, esencial para evitar que los cristales del coche se empañen. Los cristales empañados no sólo dificultan la visibilidad, sino que también pueden llegar a representar un grave peligro en condiciones de baja visibilidad, como cuando está lloviendo o hay niebla.

El peligro de conducir con abrigo

El efecto submarino es un fenómeno poco conocido que puede ocurrir cuando el cinturón de seguridad no funciona como es debido a la ropa que lleva puesta el conductor, especialmente cuando se usan prendas gruesas como abrigos. Este término se refiere a una situación en la que, en caso de un accidente, el cuerpo puede deslizarse hacia abajo, pasando por debajo del cinturón de seguridad. Esto ocurre porque las capas de ropa impiden que el cinturón se ajuste correctamente al cuerpo, lo que puede tener graves consecuencias.

Una de las principales razones por las que ocurre el efecto submarino es que, durante una colisión, el cinturón de seguridad está diseñado para sujetar el cuerpo en su lugar, evitando que se desplace hacia adelante y sufra lesiones de carácter grave. Sin embargo, si el cinturón de seguridad no se ajusta adecuadamente debido a la ropa voluminosa, como un abrigo, la persona puede deslizarse por debajo del cinturón.

Es importante asegurarse de que el cinturón de seguridad esté ajustado sobre las caderas y no sobre el abdomen. Si llevas un abrigo grueso, lo ideal es quitarte la prenda antes de abrocharte el cinturón o asegurarte de que el cinturón se ajuste perfectamente sobre tu cuerpo. Si no puedes quitarte el abrigo, asegúrate de que el cinturón esté lo más ajustado posible, incluso sobre la ropa.

En resumen, el efecto submarino es un riesgo que tanto conductores como pasajeros no debemos tomar a la ligera, especialmente cuando se usan prendas voluminosas como abrigos o chaquetas gruesas. Aunque los cinturones de seguridad son fundamentales para salvar vidas, su eficacia depende de su correcta colocación, y el uso de ropa que interfiera con su funcionamiento puede aumentar significativamente el riesgo de lesiones graves. Es fundamental ajustar el cinturón de seguridad correctamente.