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Enfermedades que nos puede transmitir un reptil

En la actualidad se adopta como mascota a muchos tipos de animales, y existen riesgos. ¿Qué enfermedades puede transmitir un reptil?

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los reptiles están ganando popularidad como mascotas, ya que generalmente requieren menos atención de sus dueños. Sin embargo, para mantener su buena salud, es crucial brindarles los cuidados adecuados. Al igual que los perros y los gatos, un reptil también puede transmitir enfermedades a los humanos, por lo que es fundamental prestar atención a su alimentación y al mantenimiento higiénico de su entorno.

A continuación, detallamos algunas enfermedades que pueden ser transmitidas por los reptiles, así como sus síntomas, resaltando la importancia de preservar la salud del hogar.

3 enfermedades que un reptil puede transmitir a los humanos

Un reptil puede transmitir enfermedades a los humanos principalmente a través del contacto directo con su piel, saliva, heces o secreciones, así como por la ingestión de bacterias como la Salmonella al manipular a estos animales y no lavarse las manos antes de comer.. Aunque  es menos común, las mordeduras o arañazos de reptiles también pueden transmitir bacterias que causan infecciones. Es crucial mantener una higiene adecuada al interactuar con reptiles para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades.

Salmonelosis

Salmonella es un género de bacterias que pueden causar diferentes enfermedades en los humanos, algunas de las cuales son consideradas problemas de salud pública. Estas bacterias se encuentran naturalmente en el tracto intestinal de los reptiles y otros animales (las aves, por ejemplo).

Cuando tenemos contacto directo o indirecto con las heces de un reptil, corremos el riesgo de desarrollar salmonelosis. Por ejemplo, al llevar a la boca algún alimento u objetos que ha sido contaminado por los excrementos del animal. Lo que nuevamente refuerza la importancia de mantener una estricta rutina de higiene en el hogar.

Algunos de los primeros síntomas de la salmonelosis son: fiebre, dolores de cabeza, diarrea y calambres estomacales. Si la enfermedad no es tratada, el paciente puede sufrir una septicemia, que ocurre cuando las bacterias alcanzan el torrente sanguíneo.

Parásitos

Los parásitos, en sí mismos, no son patologías, pero sí pueden ocasionar numerosos problemas de salud en humanos y otros animales. Los reptiles, igual que cualquier otra mascota, pueden verse afectados por parásitos intestinales y ectoparásitos (principalmente ácaros).

En consecuencia, pueden presentar inflamaciones y alergias en la piel, trastornos gastrointestinales y alteraciones en los excrementos. A medio o largo plazo, las infestaciones de parásitos debilitan el estado de salud general del animal, ya que “desvían” los nutrientes que deberían mantener su organismo estable.

Gran parte de los parásitos que afectan los reptiles también pueden alojarse en el cuerpo humano, generando síntomas similares. Por ello, algunas de las enfermedades que nos puede transmitir un reptil están relacionadas con la presencia de parásitos en su organismo. En este sentido, ofrecer una adecuada medicina preventiva a un reptil como mascota es indispensable.

Botulismo

Esta enfermedad rara y grave es causada por una toxina liberada por la bacteria Clostridium botulinum. Sus primeros síntomas suelen ser debilidad, visión turba, dificultad para hablar y deglutir, nauseas y cólicos abdominales (sin fiebre). Su avance es rápido en el organismo y puede ocasionar parálisis en uno o ambos lados del cuerpo.

Estas bacterias se encuentran naturalmente en el medio ambiente, incluso en el suelo y en el agua no tratada. Por ello, los animales que suelen tener contacto más directo con estos elementos naturales, como los reptiles, tienen grandes probabilidades de ser portadores. Incluso los reptiles acuáticos, como las tortugas, pueden ser vectores de esta enfermedad.

Durante muchos años se ha relacionado el botulismo únicamente a los alimentos, al agua y a las latas de aluminio contaminadas. No obstante, se ha observado que el contacto con reptiles portadores de la bacteria también es un factor de riesgo, especialmente para los niños menores de cinco años.