El mundo taurino toma partido en la guerra entre Concha Azuara y los hijos de Palomo Linares
Las lágrimas de Concha Azuara no cesan. La que fuera la última pareja de Sebastián Palomo Linares continúa llorando la muerte del torero. La magistrada acudía este martes por la tarde a la iglesia de Alpajés, en Aranjuez, para darle el último adiós al diestro. Si bien Concha era la gran ausente en el funeral celebrado en memoria de Sebastián Palomo Linares el pasado viernes en Madrid, este martes la jueza se convertía en la protagonista del encuentro que ha reunido a algunos rostros del mundo taurino para darle el último adiós al diestro.
Un mundo del toro que daba la espalda a los hijos de Palomo Linares y no acudía el pasado viernes al funeral organizado por estos pero que, sin embargo, se posicionaba este martes del lado de Concha y arropaba a la que fuera pareja del diestro durante la misa celebrada en Aranjuez. Una misa a la que, por cierto, no han acudido los hijos del torero ni Marina Danko, exmujer de Sebastián Palomo Linares, quien no se ha dejado ver en ninguno de los actos celebrados para despedir al torero.
Cogida del brazo de Manuel Benitez ‘El Cordobés’, Azuara entraba en la iglesia con la cabeza cabizbaja y, tras unas oscuras gafas de sol, unos ojos empapados en lágrimas. Detrás de ellos, Norma Duval, quien también ha querido estar al lado de su amiga en estos momentos tan difíciles. A su llegada a la iglesia, Azuara ha estado en todo momento muy arropada por ‘El Cordobés’ y otros amigos de Sebastián Palomo Linares que forman parte de la peña taurina ‘El niño de Aranjuez’. “Era mi hermano y yo el suyo. Hemos pasado una vida juntos. Que Dios lo tenga en su gloria”, decía a LOOK ‘El Cordobés’, mientras entraba a la iglesia del brazo de Concha. Visiblemente afectada, la ‘viuda’ de Sebastián Palomo Linares se dirigía hacia los primeros bancos, donde tomaba asiento minutos antes de que comenzara la misa.
Concha Azuara durante el funeral de Sebastián Palomo Linares en Aranjuez / Gtres
En primera fila y a su lado se sentaba ‘El Cordobés’. El torero se ha convertido en el máximo apoyo de Concha en este día tan complicado para ella. Durante toda la eucaristía, el diestro ha estado pendiente de la que fuera pareja de su gran amigo, con quien ha compartido lágrimas y numerosas confidencias a lo largo de toda la misa. Tras 45 minutos, la ceremonia llegaba a su fin y Concha y ‘El Cordobés’ se fundían en un gran abrazo antes de que el diestro abandonara la iglesia. Azuara, por su parte, permanecía en el interior durante más de media hora, recibiendo innumerables muestras de cariño de todos los allí presentes y que se acercaban a ella para trasladarle sus condolencias. Unas muestras de cariño que también tenía hacia ella Cristina Sánchez, compañera de profesión de Palomo Linares.
El funeral, el cual Concha ya avisó hace unos días que no era ella quien lo iba a organizar, ha tenido lugar a las ocho de la tarde de este martes en Aranjuez y, hasta esta localidad situada a 40 kilómetros de Madrid, se han desplazado alrededor de un centenar de personas. LOOK ha sido testigo de esta cita en la que los asistentes han tenido dificultades para entrar en la iglesia debido a la mala organización, ya que solo se habían reservado cinco bancos de la iglesia para familiares y amigos del torero.
El resto de bancos estaban ocupados por los fieles que habían acudido a escuchar la misa de las siete de la tarde y que no se levantaron para abandonar el lugar antes de que diera comienzo el funeral por Palomo Linares. Ello obligaba a que la mayoría de asistentes a la misa por el fallecimiento del torero tuvieran que estar de pie durante toda la eucaristía oficiada por dos curas.
Norma Duval durante el funeral de Sebastián Palomo Linares en Aranjuez / Gtres
Alrededor de las 20:45 horas la misa llegaba a su fin y los asistentes comenzaban a abandonar la iglesia poco a poco. A su salida, Norma Duval contaba a LOOK que “Concha todavía no se hace a la idea de la muerte de Sebastián”. Una ‘viuda’ que salía la última de la iglesia y que no dudaba en recalcar lo mucho que el diestro y ella se querían. “Estoy muy orgullosa de haber sido la mujer que le amó durante estos últimos cuatro años. La mujer que le hizo feliz y que estuvo con él hasta los últimos instantes de su vida. Era un gran hombre, una gran persona y un torero de raza. Eso es lo que hay que recordar”, confesaba Azuara entre lágrimas mientras abandonaba el lugar.