Clan Ortega-Aldón: Una bomba a punto de estallar
La participación de Ana María Aldón y Rocío Flores en 'Supervivientes 2020' ha vuelto a poner a la familia en el punto de mira.
No imaginaba Ortega Cano que la participación de su mujer en Supervivientes fuera a ser dinamita pura que pondría en jaque a su familia, a él mismo, y revelaría filias y fobias ocultas entre ellos. Ana María Aldón se ha convertido en la concursante estrella de esta edición, muy pendientes todos de su relación con Rocío Flores, a quien se esperaba defendiera y apoyara por ser vos quien sois. La tercera en discordia y en saltar a la palestra ha resultado ser Gloria Camila, hija de diestro, quien desde el minuto uno ha pilotado la aventura de Aldón en la isla.
Ana María Aldón, felicísima tras conseguir pescar en ‘Supervivientes’ / Telecinco
Y Gloria Camila resulta ser ‘il terzo’ incómodo porque la propia Ana María es quien le hace participe, antes que a nadie, de su posible participación en ‘Supervivientes’ y de su temor ante la reacción de su padre. Gloria le anima, le aconseja que tire para adelante, que es una magnifica experiencia y es así como comienza a mover los hilos, entiendo que con buena intención. Una vez que Ortega sabe los planes de su mujer y los acepta, llega la hora de planificarlo todo. ¿Quién la defenderá bien en plató? Gloria Camila alza su mano y se ofrece encantada. Ortega confía en que su hija lo va a hacer mejor que nadie y Aldón entiende que así será. Todos contentos.
Los hilos, muy suculentos en contratos y buenos cachés, hay que seguir moviéndolos. El concurso se convierte en una cuestión de familia al contar también con la participación de Rocío Flores. Y una vez más, Gloria, que tiene personalidad, carácter y simpatía a raudales para con los suyos organiza una cena en su casa, muy cercana a la de su padre (donde ahora se confina Antonio David en Madrid para asistir a los platós). A la cita acuden Ana María, Rocío Flores y su padre, el mencionado Antonio David.
Gloria Camila es la defensora de Ana María Aldón / Telecinco
La anfitriona reúne a las mujeres de la familia en torno a la mesa y cenan estrategia y posiciones. Es entonces cuando el ex Guardia Civil le pide a Aldón que cuide a su hija Rocío en la isla, que la trate como si fuera su hija y que la defienda, según me detallaron pocos días antes de que comenzara el concurso. La respuesta de Ana María no fue otra que decir que se trataba de eso, de un concurso, y que a ella le gustaría hacer el suyo sin que nadie le influyera o condicionara. Agua, Antonio David. No sé si lo negarán, pero ahora que escucho a Kiko Jiménez teorizar que podría existir un pacto previo entre Rocío y Gloria para dejar mal a Aldón, puede que, de aquellos barros, los lodos de estas últimas semanas en Honduras, las llamadas de ‘hache de pe’ entre hermanas de Ortega y el torero alterado entrando en el programa Sálvame para encararse a Kiko Jiménez y contentar a su hija. Es un exyerno malavenido, a quien su Gloria no soporta y a quien recuerda como el come plátanos. Kiko entra a matar, desde luego, y no se altera lo más mínimo. Es duro polemista, justito de escrúpulos y carne de plató. Recuerdo cómo hablaban de él en el programa de Bertín. Entonces, era todo tan hermoso.
Es curioso como la nueva generación de este clan -al que poco le queda de tal- ha ido cambiado los códigos de familia y pulverizando esa imagen de unión que la Jurado forjó durante más de 40 años. Ella todo lo tapaba. Los trapos sucios, en casa. Sin embargo, desde que ella falta han ido uno a uno desfilando por la hoguera de las vanidades y rajando lo más grande unos de otros, según en qué momentos. Si Antonio David era el enemigo número uno, ahora es el nuevo mejor amigo de todos. Si a Ortega, en su momento, le negaban el pan y la sal, después todos sonriendo en su boda con Aldón, a la que no recibieron precisamente con alfombra roja en la familia.
Ana María Aldón y su esposo José Ortega Cano en una presentación / Gtres
Sí, más de uno se quedó ojiplático al ver llegar a Rosa Benito a la celebración nupcial. Intrigas de familia muy respetables, pero que ellos mismos han ido pregonando. La afrenta con Rocío Carrasco es lo que les ha mantenido unidos en titulares y exclusivas durante los últimos años. Ahora, en Supervivientes se vive al limite y como los niños o los borrachos, sueltan lo que sienten, con las cámaras por testigo. Ana María, dos puntos: “Mi familia está en España”.
Ana María Aldón es una de las grandes estrellas de esta edición del concurso / Telecinco
De un papel secundario frente al protagonismo previo de Rocío Flores, Aldón se ha revelado protagonista de la trama Flores-Ortega-Jurado que planea por los Cayos Cochino y Paloma. Su estrategia unipersonal de pensarse, cuidarse y ser fiel a ella misma, todos los días de su vida en la isla, hasta que la audiencia la separe del resto de concursantes, ha agitado a más de uno. En condiciones de familia menos desestructurada, lo lógico sería ver un apoyo incondicional, o casi, entre Flores y Aldón, unidas inevitable y paradójicamente por la Jurado. Rocío, su nieta y Ana, segunda mujer del que fuera segundo marido de su abuela. Me siguen, ¿sí?; pero la cuestión es que estas dos mujeres, de 23 y 42 años respectivamente, no se han tratado apenas. La primera vez que recuerdo haberlas visto públicamente en el mismo escenario fue en la boda del torero con la sanluqueña en octubre de 2018, no hace ni 2 años. En 2012, Rocío se marcha con su padre tras el grave altercado con su madre que acabó en los tribunales con sentencia condenatoria para la entonces menor, según se ha publicado en diferentes medios de comunicación, en 2013. No eran tiempos de juntarse con Aldón ni mucho menos.
Su relación con Ortega acababa de empezar y los Flores, en Málaga, llevaban vidas muy separadas de todos ellos. Luego llegó la condena de dos años y medio para Ortega por el terrible accidente de tráfico en el que perdió la vida el conductor contrario. Desgracia tras desgracia. Aldón se traslada a Zaragoza para estar cerca de su marido, quien cumple condena en la cárcel de Zuera desde abril de 2014 a 2015. No hay constancia de que Rocío viajara a visitarla a ella ni a Ortega. Quien sí sufrió, y de qué manera, fue Gloria Camila. También ella ha sucumbido a los encantos de la tele. Su laxa defensa de Ana María ha puesto en jaque a la familia Aldón y Ortega lo sabe. Era su compromiso y quién sabe si provocará que todo estalle a su vuelta como una bomba. Por ahora, apoya más Rocío Flores. La mecha está encendida y, como la leña de la edición Pantoja del pasado año, arde. A ver cómo lidia el maestro esa llamada telefónica con su mujer