Los sombreros más sorprendentes se dan cita en Ascot
Royal Ascot, la gran cita anual del hipódromo británico es elitista, sofisticada y, por supuesto, extravagante. El peso de la moda durante los cinco días que duran de las tradicionales carreras de caballos es importante y la mejor prueba la encontramos en los invitados (realeza, aristocracia y celebrities) y en el férreo dress code del evento celebrado desde hace más de 300 años en el condado de Berkshire. Nada de faldas por encima de las rodillas, ni tirantes, ni transparencias. Esas son algunas de las estrictas medidas para que el público femenino pueda acceder al recinto. Ellos tampoco lo tienen fácil. Prohibido lucir pajarita e imprescindible hacerse con un sombrero de copa (sin ningún tipo de customización).
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Con la inauguración, con una espectacular Kate Middleton vestida de blanco con un diseño firmado por Alexander McQueen, el hipódromo más chic y glamuroso del planeta ha vuelto a ser invadido por sombreros y tocados de lo más estrafalarios. Y es que más allá de carreras y caballos, Ascot es conocida por ser la cita que convierte los complementos sobre la cabeza en una verdadera obra de “arte”. Todas las mujeres deben lucir uno y, por supuesto, la pieza elegida también debe pasar los filtros impuestos desde la organización. No valen las cabezas descubiertas ni los tocados, a no ser que tengan una base mínima de 10 centímetros.
¿La norma no escrita? El sombrero o tocado no entiende de discreción. Cuanto más llamativo y aparatoso, mejor. Una premisa que las invitadas llevan cada año a rajatabla.
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