Adiós a Lady Anne: Fallece la ‘última testigo’ de la felicidad de Diana de Gales

El clan Spencer está de luto. Tal como ha confirmado el propio Conde, Lady Anne Wake-Walker ha fallecido a los noventa y nueve años de edad. El hermano de Diana de Gales ha querido rendir tributo a su tía a través de una entrañable imagen en la que aparece junto a su padre, John Spencer en los terrenos de la casa familiar. Una instantánea vintage de 1925 que ha acompañado de un especial mensaje: “La tía Anne y mi padre jugando en Althorp. Una mujer maravillosa, ejerció como oficial en el Royal Naval Service durante la Segunda Guerra Mundial, además de una gran madre, abuela, bisabuela y también hermana y tía muy querida. Anne murió ayer a los noventa y nueve años y medio. El fin de una era, es la frase que más he escuchado hoy. En efecto, lo es”.

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Aunt Anne and my father, playing at @althorphouse in 1925. A wonderful lady, she was an officer in the WRENS in the Second World War, and was a much loved mother, grandmother, and great-grandmother – as well as sister and aunt, of course. Aunt Anne died last night, aged 99 1/2. “The end of an era” is the phrase I’ve heard repeatedly today. Indeed it is.

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Anne Wake-Walker era la hermana del padre de Charles Spencer y de Diana de Gales. La única y la mayor de los hijos del séptimo conde de Spencer, Albert, y su esposa, Cynthia Hamilton. En 1944, Lady Anne contrajo matrimonio con Christopher Baldwin Hughes Wake-Walker, un teniente de la Royal Navy. La boda fue uno de los mayores acontecimientos del momento y se celebró en la Abadía de Westminster, el mismo lugar en el que se casaría la reina Isabel y los duques de Cambridge. La pareja tuvo cinco hijos, Elizabeth, David, Richard y Diana.

Precisamente por la hija de Lady Anne, su hermano el conde Spencer puso Diana a la Princesa. De hecho, entre ella y Diana de Gales siempre existió una relación muy especial. La que fuera esposa de Carlos de Inglaterra solía visitar muy a menudo a su tía cuando era una niña e incluso la apoyó de manera especial cuando se enteró de que su marido sufría Parkinson, una dolencia con la que estaba muy implicada a través de una de las instituciones con las que solía colaborar. Este y otros motivos llevaron a que Lady Anne fuera una de las que más lamentó su trágica muerte en París en 1197. “Era una mujer muy dulce y especial, con un gran sentido del humor”, dijo en alguna ocasión. Ahora le toca a los Spencer llorar la pérdida de una mujer que ha sido testigo de algunos de los momentos más felices de un icono del Reino Unido.