Los duques de Cambridge ‘se cuelan’ en los Oscars
El Palacio de Kensington ha sido el protagonista de uno de los looks más espectaculares de la alfombra roja
Ha sido, sin duda, una de las sensaciones de la última entrega de los Premios Oscar. Billy Porter no ha dejado a nadie indiferente con su look de inspiración palaciega con un fuerte vínculo con una de las monarquías más importantes de Europa. El protagonista de “Pose” ha acaparado todas las miradas a las puertas del Teatro Dolby de Los Ángeles con un look compuesto por un top de plumas doradas y una falda abullonada cuyo estampado guarda un significado muy especial.
Tal como ha confirmado Sam Ratelle, estilista del actor, el pasado año, Porter visitó el Palacio de Kensington, un edifico con más de 400 años de historia y residencia de los duques de Cambridge y su familia. El artista quedó fascinado por Kensington y buscó la inspiración allí para la puesta en escena de esta edición, ya que considera que los Oscar guardan un gran parecido con las tradicionales recepciones de la realeza.
Una llamada a Giles Deacon -por cierto compañero de Alexander McQueen- fue suficiente para dar con una idea que ha tenido como resultado uno de los looks estrella de la gran noche del cine: ¿Por qué no infundir la majestuosidad del Palacio de Kensington en un vestido?. La sala de la cúpula fue la elegida para inspirar el look del actor por su solemnidad y sus tonos cobrizos, perfectos para un estilismo a la altura de las circunstancias. Como tal, el espectacular modelo se llama Cupola y la clave del outfit es la inmensa falda abullonada hecha a partir de un tejido estampado con motivos clásicos. Una falda asimétrica con vida casi propia que es toda una obra de arte en sí misma.
En el momento en el que se comenzó la confección del look, la Familia Real no atravesaba por la etapa delicada que pasa ahora por el caso Epstein y el Megixt, ninguna de estas circunstancias hicieron cambiar de opinión a Porter, que estaba convencido de que en toda alfombra roja tiene que haber un punto royal, aunque fuese de una manera excéntrica y diferente. Llegados a este punto, quizás el año que viene el artista de un paso más y lleve a Buckingham a la alfombra o, quién sabe si, una vez suavizada la tempestad, sean los Sussex los que no rechacen de nuevo la invitación de la Academia para estar en la alfombra roja.