ANÁLISIS

Analizamos el lenguaje no verbal de los Reyes y sus hijas en los Premios Princesa de Asturias

Oviedo acogió una vez más la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2024

Presidieron el acto Sus Majestades los Reyes Felipe y Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía

Lara Ferreiro analiza, en exlusiva para LOOK, el lenguaje no verbal de la Familia Real en la ceremonia

La Familia Real en los Premios Princesa de Asturias 2024. (Foto: Gtres)
La Familia Real en los Premios Princesa de Asturias 2024. (Foto: Gtres)
  • Lara Ferreiro
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Los Premios Princesa de Asturias de este año son especialmente importantes, ya que es la primera vez que los miembros de la Familia Real están todos juntos públicamente después de la polémica con los audios de Juan Carlos y Bárbara Rey. Es una ocasión muy especial para la Corona, pues es una oportunidad para pulir la imagen tan dañada y desesperanzada que arrastran los últimos días. El 70% de la comunicación es no verbal, todo está en los gestos y en su lenguaje oculto, todo lo que no se dice y callan, lo analiza la psicóloga Lara Ferreiro en este artículo.

La comunicación no verbal de la princesa Leonor

Esta es la primera vez que la princesa Leonor asiste a estos galardones como mayor de edad. En general, su postura es firme al andar y la expresión de su cara (de alegría contenida y de confianza) reflejan su fuerte autoestima. Le cuesta sonreír ya que es un año difícil, a veces se aprieta los labios como símbolo de estrés y ansiedad social. Se siente segura de sí misma y sabe que hoy ella es la protagonista, porque estos premios tan importantes llevan su nombre. La mayoría del tiempo mantiene la mirada firme, demostrando soltura, aunque, de vez en cuando, se le escapa alguna mirada hacia abajo, dejando ver que, en el fondo, es una persona tímida, que no termina de sentirse cómoda con que todos los focos vayan hacia ella.

La personalidad y el cerebro de una persona se termina de formar en torno a los 23 años, y a Leonor todavía le falta desarrollar su propia personalidad. Aunque, ha ganado mucha confianza en sí misma en estos últimos años. Sus gestos son controlados y precisos, no suele comportarse de una forma natural, son gestos instruidos, lo que muestra que ha recibido entrenamiento para desenvolverse en público debido a su carácter introvertido.

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La princesa Leonor en los Premios Princesa de Asturias 2024. (Foto: Gtres)

Sí podemos apreciar que hay cierta tensión en sus hombros, lo que indica que está algo rígida, los inclina hacia arriba en ocasiones. Esa rigidez refleja los nervios del evento, está siendo un año convulso para la monarquía ya que ha habido el escándalo ‘Bárbara Rey’ y todas las miradas están puestas en su futuro como princesa, qué va a ser de ella. Ella es consciente de que los medios de comunicación están muy pendientes de su actitud, porque además sabe perfectamente que la Corona se encuentra en un momento muy delicado para la opinión pública debido a las polémicas de Juan Carlos I, y es consciente de que ella tiene la misión de pulir su imagen en el día de hoy, pareciendo natural y relajada pero sus microgestos dicen que no lo está y su personalidad indica que le cuesta confiar en las personas fruto del peso y la presión que siente en llevar en sus hombres el peso del futuro de la institución.

Es evidente que Leonor se muestra cada vez más cómoda asumiendo su rol de heredera. Su lenguaje corporal ha evolucionado hacia una postura más erguida, con gestos seguros y una expresión facial seria y concentrada en los actos oficiales. Su contacto visual con el público es frecuente, lo que denota confianza y preparación para el futuro como reina de España. Ayer dijo que su familia era muy «asturianona», Asturias es un lugar al que le tiene mucho cariño.

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La princesa Leonor en los Premios Princesa de Asturias 2024. (Foto: Gtres)

A veces toca la espalda a su abuela como símbolo de darle su lugar, ya que ha sido humillada públicamente por los audios de Bárbara Rey. Todos están muy pendientes los uno de los otros, saben que hoy se juegan mucho. Se tocan entre ellos, buscan la intimidad y el contacto físico (de tocarse la espalda), como método de calmarse, encontrar refugio y paz, dentro del sistema familiar.

El color de su traje, azul marino fuerte o negro azulado, se percibe como un símbolo de compromiso con la corona, de poder económico y elegancia. Cambia totalmente su look de sus famosos vestidos para diferenciarse de los años anteriores, como símbolo de empezar una nueva etapa. Leonor se hace mayor, su look es más ejecutivo como símbolo de madurez y alejandose de la imagen de niña «burbuja» ella está estudiando en una academia militar donde le está dando personalidad. Un look sobrio para dar imagen de tranquilidad, de saber controlar la situación y un peinado que se le ve su cara como símbolo de transparencia, no tiene los pelos en la cara, que sería señal de que oculta algo.

El lenguaje no verbal de la infanta Sofía

Debido a la importancia de la cita, la infanta Sofía ha interrumpido sus estudios para acompañar a su hermana. Tiene una postura mucho más relajada que su hermana Leonor, en general al ser la «segunda» sabe que puede estar más cómoda y su personalidad es más sociable y extrovertida que su hermana Leonor que está más tensa. Sabe que el foco está más puesto sobre su hermana y ella se siente más libre y cómoda por ello.

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La infanta Sofía en los Premios Princesa de Asturias. (Foto: Gtres)

Su sonrisa es más amplia y frecuente que la de su hermana. También refleja esa tranquilidad y espontaneidad que la caracterizan, además del sentido del humor que siempre la acompaña en todos los actos públicos donde podemos verla Igual que su hermana. Tiene una fuerte autoestima y, lejos de las críticas que puedan decir de ella, Sofía no se siente para nada una segundona, porque no le hace falta cargar con las mismas responsabilidades que su hermana. Ella lo sabe y por eso siempre transmite esa actitud relajada.

Llama la atención las miradas que cruza con su hermana, se quedan hablando entre ellas y Sofía le toca la espalda a la heredera en varias ocasiones al entrar en el Teatro Campoamor. Sofía siempre transmite mucho cariño con su mirada, sabe el difícil papel que tiene su hermana.

Princesa Leonor

La princesa Leonor con la infanta Sofía y la Reina Sofía. (Foto: Gtres).

La infanta Sofía es la protectora y escudera de Leonor. Entre ellas existe una complicidad visible, intercambiando miradas y sonrisas discretas entre ellas, lo que refleja una relación cercana y de apoyo mutuo. Podemos ver incluso como Leonor toma la iniciativa y marca el ritmo a Sofía con pequeños gestos, como caminar adelante o guiarla. No obstante, lo hace de una manera sutil, sin mostrar autoritarismo, lo que habla de una relación equilibrada entre hermanas, sin signos de rivalidad, son hermanas «fusión», se fusionan en estos actos y están siempre juntas para apoyarse mutuamente.

El color de su vestuario es negro y oscuro (no van con vestido) simboliza sobriedad, muy a juego con las mujeres de la casa. Nada es casual, tiene un look muy desenfadado para unos premios, para dar imagen de cercanía y que se viste sin grandes pretensiones para dar imagen de austeridad. No quiere ser la protagonista con su look, para que todas las miradas se centren en Leonor y en su madre. Es un look que podría llevar una noche de fiesta con sus amigas perfectamente. No lleva el pelo recogido, no quiere que se centren las miradas en su cara ni en su vestimenta.

El lenguaje no verbal de los Reyes Felipe y Letizia

Este año se han cumplido veinte años de la boda de los reyes. Felipe VI y Letizia, como de costumbre, consiguen siempre transmitir una imagen de seguridad y confianza gracias a sus posturas aprendidas y sus sonrisas formales. Felipe VI, como monarca, mantiene siempre una postura erguida, es el más tenso de los dos, se nota cierta preocupación por el futuro de la institución y una compostura muy solemne ¡No está el horno para bollos! Su lenguaje corporal denota autoridad y responsabilidad pero preocupación inconsciente, quizás haya tenido más de una noche sin dormir bien últimamente.

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La Familia Real en los Premios Princesa de Asturias. (Foto: Gtres)

La espalda recta y el mentón ligeramente elevado subrayan su papel de liderazgo y dignidad como Jefe de Estado. Sus movimientos son siempre moderados y calculados, lo que transmite serenidad y control. Cuando camina, lo hace con pasos medidos y seguros, evitando gestos bruscos. Esto refuerza su imagen de estabilidad en momentos importantes porque tiene que transmitir que la situación de la corona está controlada. Pero la procesión va por dentro. Las miradas que dirigen Felipe y Letizia a su hija Leonor, además de transmitir ese orgullo por su hija, también transmiten mucha preocupación por su futuro y el de la Corona debido a las últimas polémicas. Está muy claro que ellos quieren desmarcarse de las polémicas de Juan Carlos para que no dañen la imagen de su hija Leonor. Sobre todo, Letizia, como madre controlando cada paso que se da. La reina está encantada de conocerse y de estar en Asturias, su tierra, ya que ha ganado mucha fortaleza mental en sus últimos años.

Entre ellos se nota ese feeling, «re-enamorados» o intentando trabajar en su relación de pareja, pues se dirigen unas miradas muy tiernas el uno al otro. Se nota que han intentado superar las presuntas crisis que arrastraban y ahora se encuentran en un momento algo más dulce y de entendimiento entre ellos, pero no tanto a nivel imagen institucional por lo del emérito y todos los escándalos previos de la familia del Rey.

Princesa Leonor

La Familia Real en el Teatro Campoamor. (Foto: Gtres).

Letizia escanea «mirada de águila», su entorno y mira con una mezcla de concentración y análisis, le gusta tener todo bajo control, es de personalidad perfeccionista, lo que muestra su preocupación por cómo se percibe a la familia real. Podemos ver cómo su mirada puede volverse crítica o seria si algo no sale como esperaba. Letizia es una madre «helicóptero», sobrevuela con su mirada y sus gestos la vida de sus hijas y de las personas de su alrededor. Siempre pendiente y sobreprotectora con sus hijas.

Con respecto al público, en especial Felipe VI les dirige su mirada hacia el frente, con un contacto visual firme. Esta forma de mirar proyecta confianza y seguridad, elementos esenciales para su rol. Los asturianos están allí durante horas para verles una vez al año. Los gestos que intercambian con sus hijas muestran una relación cercana y afectuosa. Están constantemente manteniendo el contacto visual entre ellos, también tocándose las espaldas, y compartiendo sonrisas de circunstancia, lo que refuerza la imagen de apoyo y orgullo, además de subrayar su papel como padres protectores y guías. También es llamativa la cercanía física que demuestran, dando una imagen de familia unida. Letizia, en particular, tiende a tocar a sus hijas en momentos de relevancia emocional, les coloca la mano en el hombro o en el brazo, para calmarlas, lo que demuestra una conexión cálida y familiar. También es muy curioso cómo Felipe hace gestos con las manos hacia Leonor para guiarla en su recorrido o postura, entre ellos en el teatro intercambian muchas miradas. Estos gestos reflejan la responsabilidad de preparar a su hija mayor para su rol futuro, mientras que con Sofía, como hermana menor y no heredera, no está tan pendiente.

Reina Letizia

La Reina Letizia en el Teatro Campoamor. (Foto: Gtres).

Aunque tratan de mantener la compostura pública, Felipe VI y Letizia interactúan con la reina Sofía de manera más formal que cálida. Letizia, de hecho, evita el contacto físico directo con la reina Sofía, lo cual podría interpretarse como una señal de respeto más que de cercanía emocional. Cuando Letizia y la reina Sofía están más cerca, podemos ver a Letizia con gestos algo tensos, lo que refuerza la idea de una relación buena, pero no son mejores amigas. Felipe, por su parte, suele adoptar un tono más neutro con su madre, con una mezcla de respeto y afecto, pero también con menos gestos de cariño que los que muestra hacia sus hijas.

El color del vestido de Letizia es negro, elegante, a juego con sus hijas. Con un toque sexy enseñando los hombros, antes de reina, es una mujer coqueta, ya que invierte mucho tiempo en el gimnasio para enseñar esos brazos atléticos. El color es en tono muy parecidos a los de sus hijas, ya que las tres van en pack. Quieren dar imagen de unidad. El pelo es muy importante en las mujeres, es un símbolo de empoderamiento. Su pelo con volumen quiere dar una imagen de mujer guerrera y que va a desafiar a las adversidades.

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