Lara Ferreiro, psicóloga: "Bárbara Rey parece demostrar en los audios quizás un ego narcisista herido"
Una mujer con el ego y el orgullo herido que, al no conseguir sus objetivos, planea su venganza. Así es cómo percibe Lara Ferreiro, psicóloga y autora del éxito editorial Adicta a un gilipollas, la aparente personalidad de Bárbara Rey a través de los audios que está publicando desde la semana pasada OKDIARIO.
«No puedo hacer, en ningún caso, un estudio pormenorizado de la personalidad de Bárbara Rey porque no es mi paciente y no poseo todos los datos, pero sí puedo hacer una estimación bastante cercana de cómo se está sintiendo en el momento de las grabaciones», comienza diciendo la experta.
«El estado anímico de la artista es el de la desilusión de una mujer que estaba enganchada a una relación y ojo, desilusionada de lo que ella percibe como un gran amor, y que está pasando por un momento de ira y duelo por algo que ella intuye que está terminado y no se va a recomponer», explica Lara Ferreiro.
Son, explica la psicóloga, «unas palabras muy teatralizadas, muy de vedette, muy de una artista». «La voz representa muchísimo y ella sabe muy cómo hacerlo en los audios porque la modula perfectamente, sabe muy bien qué quiere decir y cómo quiere expresarlo», explica Ferreiro. Bárbara Rey siente «que se ha enganchado a esa relación que le genera unas grandes dosis de dopamina que es una hormona muy potente del cerebro que funciona como lo hace una droga, generando en el cerebro un enganche muy difícil de superar, de ahí la rabia y el ego herido», explica.
«Lo que no sé, agrega la terapeuta, es cuáles eran sus expectativas con respecto a esa relación, primero porque se trata de un hombre casado y segundo porque era en ese momento el Rey de España, el Jefe del Estado, un hombre con mucho poder frente a ella y eso lo sabe y aún así mantiene un orgullo que, claramente, está herido pero, sobre todo, lo que parece demostrar es quizás un ego narcisista que se vislumbra claramente en muchas de sus declaraciones, por ejemplo en la que dice: yo no he sido nunca puta pero si lo voy a ser, será la más cara», explica la psicóloga.
Los audios con la tercera persona y que tiene un tono totalmente distinto a los que mantiene con el Rey emérito, «revelan una percepción de sí misma exagerada». Cuando dice «no voy a protegerlo más, da a entender que ella cree que tiene el poder de hacer tal cosa cuando no es así. Es, por lo tanto, una gran estimación que tiene en el rol de dicha relación», explica. Por otra parte-añade- «es palpable que su orgullo está ferozmente herido cuando dice esa frase tan de tragedia griega a mí me matará pero caerá conmigo, es una frase muy grandilocuente, exagerada en una gran visceralidad».
«Ella se siente una víctima y no reconoce ningún error por su parte»
Para la experta en personalidades narcisistas, «ella se siente la víctima en todo esto, eso no significa en ningún caso que lo sea, sólo digo que ella se autopercibe como tal, por eso no reconoce ningún error por su parte, ninguna autocrítica hacia lo que está haciendo o ha hecho en el pasado. Eso es lo que define a un narcisista, que jamás reconocen sus errores y siempre culpan a los demás de lo que está sucediendo». Como se percibe así, «planea una historia de venganza y destrucción hacia la parte contraria, por eso graba todo lo que puede, porque necesita preparar una estrategia en su venganza, precisa unas pruebas y por eso graba las conversaciones y obliga a su hijo a tomar las fotografías, para poder enarbolar una venganza y aportar las pruebas porque es lista y sabe que sólo con sus palabras no será suficiente. Está claro que las pruebas son necesarias para poder hacer en un futuro un chantaje que al final se le ha vuelto en su contra».
El sentirse la víctima de la historia hace que se plantee dos cosas, «por un lado la ventaja mencionada y, por otra, resarcir lo que ella cree que es una pérdida de honor a la que hace referencia cuando se lamenta de que el Rey emérito le está cerrando las puertas de su trabajo en todas partes», explica la psicóloga. «Lucha por su reconocimiento pero con palabras muy soeces, es una persona que se muestra desafiante, con un orgullo herido, que parece que se siente muy por encima de dónde está, con un tono de voz muy profundo, muy exagerado».
Nada más lejos de la realidad que la artista percibía. «En realidad no controla nada pero de eso ella parece no darse cuenta, por no controlar, no controla lo que está haciendo que es grabarse a sí misma diciendo cosas que pueden salir a la luz en un futuro y que podrán perjudicarla, como así ha sucedido. Tiene una enorme frustración, mucha rabia acumulada, es muy temperamental e impulsiva. Este ánimo refleja su personalidad, esa fuerte inclinación a quererse a sí misma, que está muy bien hacer eso pero sin perder de vista la realidad», agrega.
El gran problema en su personalidad «es su aparente falta de autocrítica, no reconoce en ningún momento haber hecho nada malo, ella busca en esa rabia una reparación de su ego herido y todas las culpas son hacia el Rey. Ella busca un gran deseo de justicia y un empoderamiento que es absolutamente ficticio».
No reconocer sus culpas es algo que también «ha demostrado con respecto a su hijo y a las acusaciones tan graves que él ha hecho de su madre», reconoce la psicóloga. «La familia de Bárbara Rey es absolutamente disfuncional y el hijo está totalmente traumatizado por todo lo vivido, eso está más que claro aunque esto ya es otra historia», concluye la terapeuta.