Victoria Federica, al borde del colapso: "No puedo respirar"
Victoria Federica se ha convertido en la primera mujer en enfrentarse a 'las puertas del infierno' de 'El Desafío'
La sobrina de Felipe VI no logró ser la primera clasificada en esta semifinal

«Me cuesta respirar, pero estoy muy bien». Esas han sido las palabras de Victoria Federica al terminar su prueba en El Desafío. Con esta buscaba convertirse en la primera finalista de esta edición del concurso, pero, pese a la dificultad de su reto, no lo ha logrado. El primero en clasificarse ha sido Gotzon Mantuliz, quien lleva encabezando el ranking desde las primeras galas. La sobrina del Rey Felipe VI se ha enfrentado a una de las demostraciones más complicadas del formato, ya que ha tenido que luchar contra el fuego que cubría su cuerpo. Lo ha hecho en un minuto y medio de tiempo. No porque fuera necesario para superar el desafío, sino porque es una medida de seguridad. Permanecer más segundo con las llamas pondría en peligro su vida y sería una amenaza contra su integridad física.
Victoria Federica empezaba ese tiempo con el miedo en la mirada. No podía ocultarlo, igual que la sonrisa al finalizar. Esta ha sido la primera vez que una mujer y un miembro de la Familia Real Española se «quema a lo bonzo». Esta acción recibe, del japonés, su nombre por un monje budista que, a modo de protesta, se prendió fuego. La expresión viene del siglo pasado cuando el budista Thich Quang Duc decidió prenderse fuego en medio de una calle de Saigón. Su decisión fue una protesta, pero el acto de la hija de Elena de Borbón ha sido de superación.
Victoria Federica, El Desafío. (Foto A3)
Al inicio del programa, la madrileña pidió realizar la prueba, pero no sabía muy bien a qué tendría que exponerse. Ya en el ensayo se arrepintió de la decisión. «Sí, un poco. Cuando me lo hicieron por primera vez, pensé ¿Qué hago?», respondió a Roberto Leal cuando le preguntó sobre qué tal había pasado el entrenamiento. Se dio cuenta de la peligrosidad y la dificultad del reto. Pese al miedo, nada la paró, sino todo lo contrario. Hizo frente a sus miedos y al temor de las llamas en la cara y, decidida, pisó el plató del concurso de Atresmedia para demostrar a todo el mundo de lo qué es capaz.


Victoria Federica, El Desafío. (Foto A3)
En este décimo programa de esta edición del Desafío, Victoria Federica de Todos los Santos de Marichalar y Borbón tenía que entrenar el miedo al fuego, su resistencia al calor y las llamas, aguantar la respiración hasta hacer casi apneas prolongadas y lo más complicado, hacerlo a contrarreloj y mantener el equilibrio mientras avanzaba por una pasarela. La nieta de don Juan Carlos I dio el aviso de que estaba preparada a sus entrenadores y ante la atenta mirada de todos los presentes del plató televisivo y los que la veían mudos desde sus casas. Subió las escaleras ya con las llamas sobre su cabeza y espalda. Con ellas cruzó la primera puerta que debía abrir con las palancas que tenía colgadas. Solo una era la buena. Esto tuvo que repetirlo en dos ocasiones más. Lo hizo con éxito cruzando las estrechas pasarelas antes de pasar por el último marco, también en llamas. Finalmente, ella misma tenía que autoextinguirse tirando de una palanca. Así lo hizo, acabando su prueba victoriosa, sana y salva.


Victoria Federica, El Desafío. (Foto A3)
«He tragado un montón de humo. Me cuesta respirar, pero estoy muy bien. Estoy contenta. Tenía mucha ansiedad en los ensayos. Es la segunda vez que lo he hecho, siento que lo he logrado», pronunció al acabar la prueba. Añadió también que «había momentos en los que no se veía capaz de hacerlo». «Me agobiaba muchísimo y me desequilibraba un montón en las pasarelas, pero lo he conseguido», sentenció y así fue. El jurado aplaudió su valentía y hasta Pilar Rubio se atrevió a decir que la veía finalista. Pero no fue así. No logró ser la primera en clasificarse con el circuito las puertas del infierno, aunque sí consiguió llevarse una experiencia única que le ha vuelto a demostrar que ella puede con todo y que, al igual que su nombre, esto es toda una victoria.