El bonito regalo que ha recibido la princesa Charlene y otras anécdotas del Baile de la Rosa
La nueva edición del Baile de la Rosa se ha convertido en un paraíso caribeño
Bajo la dirección artística de Christian Louboutin, la velada combinó elegancia y sofisticación

La 68.ª edición del Baile de la Rosa, celebrado en la prestigiosa Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo, ha destacado por muchas cosas. Organizado por la princesa Carolina de Mónaco y bajo la dirección artística del diseñador Christian Louboutin, la velada transportó a los asistentes al mar por su temática «Baile al Atardecer», donde los tonos rosáceos y anaranjados han creado un ambiente caribeño lleno de flores de colores vibrantes, palmeras, decoraciones veraniegas y sofisticación. Una noche marcada por anécdotas, reencuentro y ausencias.
La princesa Carolina, anfitriona del evento, deslumbró con un elegante vestido blanco de escote asimétrico y detalle drapeado en el hombro derecho. A su lado, la princesa Charlene de Mónaco hizo una reaparición notable, luciendo un sofisticado vestido negro con detalles de encaje verde y transparencias en la manga izquierda, marcando su regreso al Baile de la Rosa tras una década de ausencia. Esto ha sido llamativo, ya que es el segundo año consecutivo que la mujer de Alberto de Mónaco acude al importante evento social monegasco después de 10 años sin hacerlo. Su presencia ha sorprendido a muchos, pero demuestra que su estado de salud ha mejorado considerablemente, haciendo que pueda retomar su agenda social.
Carlota y Charlene de Monaco en el El Baile de la Rosa. (Foto:Gtres)
Lo que más ha llamado la atención es que ha hecho su entrada junto a su cuñada con la que aparentemente no se lleva demasiado bien, tal y como han dejado ver estos años donde se habla de una enemistad entre ellas. Ambas fueron recibidas con cálidos aplausos y obsequiadas con hermosos ramos de flores, simbolizando la bienvenida y el aprecio de los presentes. Unos buquets donde, como no es de extrañar, las rosas eran las protagonistas en distintos tonos de fucsia y rosados.


Carlota y Charlene de Monaco en el El Baile de la Rosa. (Foto:Gtres)
Quien también eligió esa tonalidad para su estilismo fue Alexandra de Hannover. La hija pequeña de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover acudió con un vestido voluminoso de Giambattista Valli acompañada de sus hermanos. Al igual que el resto de las mujeres de la familia Grimaldi, ella ha heredado su buen gusto y ha logrado estar a la altura de la ocasión e, incluso, sobrepasarla.


Alexandra de Hannover y Ben Sylvester Strautman en el El Baile de la Rosa. (Foto:Gtres)
Una de las ausencias que han llamado la atención ha sido la de Pierre Casiraghi, aunque se desconoce el motivo por el que no ha podido acudir a la tradicional celebración. En su lugar ha representado a su familia su mujer, Beatrice Borromeo. Esta ha sido la primera vez que la cuñada de Carlota Casagarhi acude al baile y ambas han sido inseparables durante toda la velada. Posando juntas de la mano y paseándose por los distintos espacios, han demostrado que la presencia en solitario de Beatrice no le ha impedido disfrutar de la fiesta.


Carlota Casaraghi y Beatrice Boromeo en el El Baile de la Rosa. (Foto:Gtres)
A quién tampoco se ha visto por el recinto de eventos ha sido a Estefanía de Mónaco. La princesa ha decidido no ir, a diferencia de sus hermanos y, como ella, sus hijos tampoco han hecho acto de presencia. Louis Ducruet, Pauline Ducruet y Camille Gottlieb han mantenido sus agendas personales y sus compromisos sociales, los cuales han compartido en sus redes sociales como acostumbran. Esta ausencia muestra su desvinculación con la gala benéfica que esta edición ha tenido presencia española. El año pasado fue con Agatha Ruiz de la Prada y este 2025 ha sido la bailarina Blanca Li, pero no en calidad de invitada, sino siendo la actuación principal de la fiesta, aportando su visión personal de la danza y deleitando a todos con su espectáculo.
Al mando de la banda sonora de la celebración se ha puesto el legendario grupo británico Ebony Steel Band. Ellos, junto al grupo de baile Kozéika Panam, hicieron que todos movieran los pies del suelo y siguieran el ritmo caribeño, casi tanto como Ethnick’97, que con sus pasos y su esencia carnavalesca logró que los asistentes vibraran. Quién también lo consiguió fue la parisina Carla Genus. La DJ francesa logró que los invitados sacaran sus pasos de baile hasta que el sol comenzó a aparecer por el horizonte.
El Baile de la Rosa, más allá de ser una cita ineludible en el calendario social monegasco, tiene como objetivo principal recaudar fondos para la Fundación Princesa Grace, dedicada a apoyar proyectos benéficos en favor de la infancia. La edición de 2025 no solo cumplió con esta noble causa, sino que también sirvió como escenario para reencuentros y momentos memorables que quedarán en la historia del Principado.