La técnica de una peluquera para lucir pelazo durante todo el año que puedes hacer en casa: no falla
Esta técnica puede mejorar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo
Otro efecto positivo es el control del encrespamiento
Lo recomendable es usar agua templada para aplicar el champú y el acondicionador

En los últimos años, los rituales de cuidado capilar se han convertido en una parte esencial de las rutinas de belleza. Entre los múltiples consejos y tendencias que circulan para lucir pelazo, uno de los más sencillos y al mismo tiempo más comentados es el enjuague del pelo con agua fría. Aunque pueda parecer un gesto menor, esta práctica ha ganado popularidad por los beneficios que puede aportar a la salud y al aspecto del cabello. Frente a los tratamientos químicos y costosos productos de peluquería, el agua fría se presenta como una alternativa natural y accesible que, bien utilizada, puede marcar la diferencia.
La costumbre de aclarar el cabello con agua fría se fundamenta en principios fisiológicos sencillos: el contraste de temperaturas genera efectos directos sobre la cutícula capilar y el cuero cabelludo. Al reducir la temperatura en el aclarado final, el cabello tiende a sellarse, conservando mejor su hidratación, suavidad y brillo natural. Además, esta técnica puede mejorar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, lo que favorece la oxigenación de los folículos pilosos y, en consecuencia, el crecimiento más fuerte y saludable del pelo. A pesar de que pueda resultar un poco incómodo al principio, cada vez más expertos coinciden en que el agua fría es un aliado eficaz, sencillo y económico dentro de cualquier rutina de cuidado capilar.
La técnica para lucir pelazo
El cabello está compuesto principalmente de queratina y protegido por una capa externa denominada cutícula. Esta capa funciona como una especie de escudo que, cuando está abierta, deja escapar la humedad, haciendo que el cabello se vea seco, áspero y sin vida.
El agua caliente tiende a abrir las cutículas, lo que facilita la limpieza profunda y la absorción de productos de cuidado. Sin embargo, si se acaba el lavado con agua fría, la cutícula se contrae y se sella, logrando que la fibra capilar retenga mejor los nutrientes y el agua.
Este mecanismo no solo influye en la hidratación, sino también en la apariencia estética: un cabello con cutículas cerradas refleja mejor la luz, de ahí que se perciba más brillante y suave al tacto. Además, al estar más protegido, el pelo se vuelve menos propenso al encrespamiento y a la rotura.
Beneficios directos del aclarado con agua fría
Uno de los principales beneficios del agua fría es la estimulación de la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. Al entrar en contacto con temperaturas bajas, los vasos sanguíneos se contraen y se dilatan de manera alterna, favoreciendo una microcirculación que aporta nutrientes y oxígeno a los folículos pilosos. Esto ayuda a mantenerlos activos y a reforzar la estructura del cabello.
Asimismo, el agua fría contribuye a reducir la caída del cabello cuando esta está relacionada con la debilidad capilar o el quiebre de la fibra. Aunque no es una solución definitiva para problemas de origen hormonal o genético, sí puede mejorar la resistencia del pelo en el día a día.
Otro efecto positivo es el control del encrespamiento. El frizz suele estar asociado a la deshidratación y al levantamiento de la cutícula. Al sellarla con agua fría, se mantiene la humedad interna y se consigue un acabado más pulido y manejable.
Integrar el enjuague frío para lucir pelazo
No es necesario realizar todo el lavado con agua fría, especialmente en épocas de bajas temperaturas. Lo recomendable es usar agua templada para aplicar el champú y el acondicionador, y dejar el agua fría para el último enjuague. Bastan entre 20 y 30 segundos bajo el chorro para que el efecto se produzca.
Algunas personas prefieren alternar duchas de agua tibia con ráfagas de agua fría, no solo para el cabello, sino también para la piel, ya que este contraste contribuye a mejorar la circulación general y a tonificar los tejidos. Sin embargo, en lo que respecta al cuidado capilar, con un enjuague final frío es más que suficiente.
Cabello más fuerte y saludable
Si se convierte en un hábito, este sencillo gesto puede sumar beneficios visibles a largo plazo. El cabello se ve más brillante, más suave y con un movimiento natural que resulta atractivo. Al mismo tiempo, al mantener los folículos pilosos oxigenados, se favorece que el crecimiento sea más regular y el pelo más denso.


Diversos especialistas en dermatología y tricología coinciden en que el agua fría no sustituye otros cuidados básicos, como una alimentación equilibrada, el uso de productos adecuados y la protección frente a agresiones externas como el sol o la contaminación. No obstante, sí puede ser un complemento ideal que refuerza los resultados.
Respaldo científico y recomendaciones
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) señala que la salud del cabello depende en gran medida de la integridad de la cutícula y de la irrigación del cuero cabelludo. Prácticas simples como el uso de agua fría ayudan a mantener ambas en buen estado.