Ya ha devorado la superficie equivalente a la ciudad de Chicago

El gigantesco incendio en California avanza sin piedad: es tan grande que genera tormentas eléctricas

Los expertos trasladan que las llamaradas del incendio de California son tan grandes que crean nubes capaces de provocar relámpagos y fuertes vientos, que a su vez pueden avivar el fuego.

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El incendio forestal que tiene a los bomberos de California en jaque ya ha devorado una superficie equivalente a la ciudad de Chicago. El fuego, bautizado como «Dixie Fire», es de proporciones tan inmensas que ya genera su propio clima entorpeciendo las difíciles tareas de extinción de los miles de bomberos que luchan contra él. Y las autoridades no se muestran muy optimistas, han advertido que las condiciones podrían empeorar durante las próximas horas.

Los expertos trasladan que las llamaradas del «Dixie Fire» son tan grandes que crean nubes capaces de provocar relámpagos y fuertes vientos, que a su vez pueden avivar el fuego. «La jornada del lunes podría ser de las más difíciles: si esas nubes son lo suficientemente altas tienen el potencial de producir relámpagos», dijo Julia Ruthford, meteoróloga que se ocupa de este incendio.

Unos 5.400 bomberos se movilizaron en el norte de California para sofocar el incendio, que no hace más que crecer desde mediados de julio atizado por el fuerte calor, una alarmante sequía y continuos vientos. Para ayudar en las tareas de rescate llegaron socorristas de diversos lugares, entre ellos Florida.

Provocado por la caída de un cable de electricidad

Un investigación preliminar determinó que el gigantesco incendio se desató tras la caída de un cable de electricidad sobre un árbol.  La línea eléctrica era propiedad de Pacific Gas & Company (PG&E), un operador privado al que el año pasado se le atribuyó la responsabilidad de un incendio que prácticamente borró del mapa a la localidad de Paradise, también en el norte de California, y mató a 86 personas.

El «Dixie Fire», con un diámetro de unos 132 km, hasta ahora quemó unas 80.000 hectáreas principalmente en áreas aisladas, lo que explica porqué solo decenas de casas y otra pequeñas edificaciones resultaron destruidas.

Los incendios forestales son comunes en California, y los lugareños se preguntan qué queda por quemar. Pero este verano ha sido particularmente intenso debido, según especialistas, al cambio climático. Precisamente, los fuegos registrados en California y el vecino estado de Oregón comenzaron inusualmente temprano en la temporada de incendios, impulsados por una sequía de varios años, fuertes vientos y un comienzo abrasador del verano boreal que los expertos atribuyen al calentamiento global.

La serie actual de siniestros ya devoró tres veces más vegetación que a esta misma altura en 2020, que a su vez había quedado marcado como el peor año en materia de incendios desde que se tiene registro.

«Las brasas pueden volar a un kilómetro del fuego»

Avanzando por caminos extremadamente empinados, los bomberos a veces son apoyados por un tren, desde el cual pueden regar abundantemente áreas que de otro modo serían inaccesibles. Pero en las actuales condiciones climáticas, «las brasas pueden volar fácilmente a más de un kilómetro del fuego», explica a la AFP Rick Carhart, portavoz de los bomberos.

Por eso, lugares que acogen a evacuados, como el pueblo de Quincy, se encuentran amenazados. «Es muy doloroso verlo avanzar sin pausa y acercarse a nuestras tierras», dice a la AFP Peggy Moak, residente de un pueblo vecino.

Los símbolos de la sequía que alimenta el fuego están por doquier: un campo de golf tiene su césped amarillento y navegantes surcan un lago que es apenas una sombra de lo que era.

Carhart dijo a los medios que en ocasiones los bomberos afrontan dificultades al verse obligados a caminar con sus herramientas y equipos por el terreno accidentado. «Ha estado ardiendo en cañones extremadamente escarpados, algunos lugares donde es casi imposible que los seres humanos pongan un pie en el suelo para entrar allí», dijo a una filial local de la cadena CBS. «Va a ser un largo camino», anticipó.

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