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Podemos pide castigar a las empresas que impongan uniformes laborales distintos entre hombre y mujer

Podemos quiere que los uniformes laborales de hombres y mujeres no distingan entre sexos. Es más, quiere que se recoja esta prohibición por ley y que se castigue a las empresas que la incumplan.

El partido de Pablo Iglesias pretende, así, eliminar por ley “la imposición de uniformes diferenciados por sexos” en el ámbito laboral. Es decir, que en ningún ámbito profesional –hospitalario, hostelería, congresos, aviación, etc.– pueda una empresa designar un uniforme femenino y otro masculino de forma diferenciada y obligatoria para su plantilla. En caso de que la empresas lo haga, el plan de Podemos pasa por aplicar un “régimen sancionador” a la compañía.

La propuesta del partido podemita se une, de este modo, a la exigencia –adelantada por OKDIARIO– de que el uniforme escolar tampoco distinga entre pantalón y falda para niños y niñas. Porque, según el partido de Pablo Iglesias, que el uniforme del niño tenga pantalón y el de la niña falda es una imposición sexista. Por lo tanto, y según este partido, no se puede imponer que el niño tenga que llevar pantalón o la niña falda, sino que se tendría que dejar que cada uno eligiera si quiera llevar una u otra prenda.

Ambas exigencias forman parte de las nuevas propuestas de Podemos en el Parlamento de Navarra. Y plantean la petición al Gobierno de Uxue Barcos —aliado suyo y al que soporta en el Ejecutivo— para que garantice la libertad plena de vestimenta y la no imposición de uniformes diferenciados por sexo en los centros de enseñanza.

Adiós a la falda

El partido de Pablo Iglesias cree que deben “erradicarse los estereotipos de género y sus consecuencias”. Porque, según ellos, “existe un claro vínculo entre la falda o el vestido y el estereotipo de una feminidad tradicional”. Los podemitas avanzan en su reflexión y señalan que “de hecho, en el lenguaje coloquial, la expresión “llevar los pantalones” sigue denotando el prejuicio sexista de quien tiene la autoridad en el seno de la familia, de forma que la mujer que lleva pantalones metafóricos está comportándose o usurpando las supuestas funciones o derechos de un varón”.

Por todo ello, Podemos cree que “la segregación de roles sexuales que comienza con el uniforme escolar se perpetúa en el ámbito laboral en sectores en los que la imagen y el cuerpo de las mujeres se ofrece como reclamo erótico al consumo principalmente masculino”.

Podemos ha decidido usar Navarra como trampolín para este tipo de exigencias y ha pedido que su moción, pese a presentarla en la Cámara Foral salte hasta el Gobierno de España convertida en exigencia. Es decir, que reclama, en la misma línea, que el Ejecutivo de Mariano Rajoy inicie en el menor plazo posible los trabajos para la aprobación en esta legislatura de las modificaciones necesarias en la Ley de Igualdad, así como en la legislación educativa, para poder aplicar su pretendida prohibición de lo que califica de imposición sexual.

Podemos ha echado mano para su plan estrella frente al seximo de una resolución del Parlamento Europeo del año 2013. Según los podemitas, aquella resolución buscaba la eliminación de los estereotipos de género e incluía ya una serie de recomendaciones a adoptar en esta materia y en esta dirección.

Los hombres de Pablo Iglesias añaden que los uniformes diferenciados, con pantalón para los niños y hombres y falda o vestido para las niñas o mujeres, han sido ya criticados por infinidad de organizaciones. Aunque lo cierto es que a la hora de citar sólo hablan de organizaciones feministas, asociaciones que afirman que la imposición del uniforme es determinante para mantener los estereotipos de género en la escuela.

Podemos ha incluido en su explicación la sentencia del Tribunal Supremo de 2011 que consideró contraria a la igualdad garantizada por la Constitución la práctica habitual en los hospitales privados de exigir a las enfermeras que vistan un uniforme “femenino”, con falda y cofia.

En base a todo ello, Podemos no sólo considera que se debe prohibir ya por ley esta diferenciación de uniformes, sino que quienes hoy los usan —falda para unas y pantalón para otros— están incurriendo en una vulneración de las garantías constitucionales de igualdad efectiva entre mujeres y hombres y fomentando unos estereotipos dañinos para la sociedad. Motivo más que suficiente para aplicarles una sanción.