España
Independentismo en el País Vasco

El partido de Otegi invita al último jefe de ETA para exigir a Sánchez que vacíe las cárceles

David Pla (1975) ha pasado en sólo diez años de sentarse en la mesa central del Comité Ejecutivo de ETA a acudir como invitado de honor a la asamblea nacional de Sortu, la facción dura de EH Bildu de la que proviene Arnaldo Otegi, en la que se exigió la libertad de los presos etarras porque «ya han pagado por el daño producido».

Sortu ha cerrado una postura firme en favor de la liberación de presos de ETA en su reciente asamblea nacional, en la que ha enviado un claro mensaje al respecto al Gobierno de Pedro Sánchez. Y quien le puso voz a esa exigencia fue el último encapuchado que dirigió la banda terrorista.

Pla, de 46 años, fue el último jefe que ha tenido ETA en su historia. Él fue el responsable de la lectura de los comunicados que marcaron la disolución de la banda: el del 10 de enero y el del 20 de octubre de 2011, en los que se declaraba el alto el fuego permanente y verificable y el cese definitivo de la actividad armada de ETA.

Pla tomó la palabra en este acto. Y lo hizo en nombre de los presos de ETA para analizar las perspectivas de futuro del colectivo. Especialmente la política de acercamientos, la concesión del tercer grado a quienes cumplen condena y la paulatina puesta en libertad de los terroristas presos. Un punto en el que incidió el propio Arnaldo Otegi esta semana que, bajo el telón de fondo de los indultos a los golpistas presos por el 1-O, reclamó que «es hora de vaciar todas las cárceles».

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, ha vuelto a insistir esta misma semana en esa línea, advirtiendo que los presos de ETA deben salir de prisión porque considera que «ya han pagado por el daño producido». Además, reclamó al PNV que apueste por la soberanía y por «reformar profundamente el modelo policial». Según denunció, la Ertzaintza «rezuma odio» hacia los colectivos de la izquierda abertzale.

El último ‘gora’ a ETA

Pla fue detenido en Francia, junto a su pareja y también dirigente etarra Iratxe Sorzabal, en septiembre de 2015. Caía así la última cúpula de ETA. Cumplió menos de cuatro años de prisión en Francia y quedó en libertad en abril de 2019. En 2020 volvió a ser detenido y entregado a España, pero actualmente se encuentra en libertad. Está muy involucrado en Sortu desde entonces.

Su papel fue clave en el proceso de entrega de las armas, cuando la banda apenas contaba con una veintena de militantes que vivían escondidos por la presión policial y que prácticamente carecían de infraestructura para realizar atentados por los continuos golpes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Como ‘liquidador’ del grupo terrorista, Pla fue el último dirigente que gritó, al finalizar ese último comunicado, el lema de la banda: «¡Gora Euskal Herria askatuta, gora Euskal Herria sozialista, jo ta ke independentzia lortu arte!» (¡Viva Euskal Herria libre, viva Euskal Herria socialista, en la lucha hasta lograr la independencia!).

La presencia de David Pla en esa asamblea nacional de Sortu ha soliviantado a los colectivos de víctimas. Covite ha denunciado que la participación del líder etarra demuestra «quién realmente manda en Bildu».