España

Nueva pataleta de Iglesias: acusa a Cerdán, Ramírez y Abadillo de ser «las cloacas de Villarejo»

Pablo Iglesias ha desbarrado y perdido los papeles en la cadena de radio catalana RAC 1 afirmando este lunes que los periodistas que han participado en el documental de HBO Salvar al Rey forman parte de «las cloacas» del ex comisario José Villarejo. El ex secretario general de Podemos destaca los nombres de Pedro J. Ramírez, presidente de El Español y ex director de El Mundo; Casimiro García-Abadillo, director de El Independiente; Victoria Prego, adjunta al director de El Independiente; Manuel Cerdán, adjunto al director de OKDIARIO; y Esteban Urreiztieta, subdirector de El Mundo.

Tras su intervención estrella en la emisora preferida por los independentistas, el ex secretario general de Podemos publicó el siguiente mensaje en sus redes: “Un docu sobre Juan Carlos I con Cerdán, Urreiztieta, García-Abadillo, Prego, Pedro J… ummm no sé Rick”. Y le añade un logo con el dedo índice de una mano hacia abajo.

Sin embargo, Pablo Iglesias olvida que él también aparece en las agendas de Villarejo como uno de los contactos que había realizado gestiones ante el juez Baltasar Garzón para verse con el ex comisario, que ahora señala como “de las cloacas”.

Villarejo anotó en su agenda el 22 de marzo de 2017: “BALTA (Baltasar Garzón) llamó, estaba muy afónico. Le transmití que acepto su oferta de hablar con PI (Pablo Iglesias) pero solo a través de él”. El adverbio “sólo” aparece subrayado. Un día después, en la página de la agenda correspondiente al 23 de marzo de 2017, Villarejo realizó otra anotación relacionada con el entonces secretario general de Podemos: “BG: Aviso para posible cita con IGLES”. Según el entorno de Villarejo, cuando escribía “IGLES” se refería al líder de Podemos. Las iniciales “BG” corresponden a Baltasar Garzón. Así mismo, en la página correspondiente al 19 de junio de 2017 figuraba la anotación: “Cita con POD (Podemos)”

Se daba la circunstancia de que, en aquella época, Villarejo ya figuraba en las investigaciones había emprendido los servicios secretos españoles y la Policía y que habían sido difundidos por varios medios de comunicación.

«Yo ya tengo el culo pelao»

Pablo Iglesias, en su entrevista radiofónica, acude a otro dicho castellano –“Yo ya tengo el culo pelao”- para seguir desvariando y aferrarse en una materia que es especialista: una nueva conspiración.  Sólo hay que recordar cómo explotó el caso Dina para obtener réditos políticos y cómo acabó después de bruces en el sumario. También cómo explotó hasta la saciedad el sospechoso envío de unas balas en plena campaña electoral, que nunca fue aclarado policialmente.

«Sospecho – mantiene Iglesias- que todo esto forma parte de una operación mediática con los grandes referentes mediáticos de España y tiene que ver básicamente con presentar al anterior jefe del Estado, que ya es un muerto en vida, como una especie de símbolo de todos los males de toda la corrupción, mujeres, conspiraciones, grabaciones, pero aquí no se menciona a la institución monárquica ni al actual jefe del Estado, que con la legislación vigente podría hacer con toda impunidad lo que hizo el anterior jefe de Estado”.

No es la primera vez que Iglesias utiliza un trabajo periodístico de calidad para torpedear a la institución monárquica española, pero nunca se había escudado en la figura de Juan Carlos I para sacar beneficio político y atacar a su hijo, el actual Rey: “No me termino de fiar de lo que a todas luces parece una operación para echarle todos los muertos, como después del XX Congreso del PCUS se hizo con Stalin, al anterior jefe del Estado, pero decir que una cosa es Juan Carlos I y otra muy diferente la Monarquía y el actual Rey. Es una operación que viene fraguándose desde hace tiempo y que instala un relato, que hace que figuras que jamás se habían atrevido una crítica a Juan Carlos I se dan ahora empujones para darle una patada cuando ya está en el suelo y ya es un zombi”.

Iglesias, en sus declaraciones, oculta que la producción televisiva está siendo emitida por uno de los canales más importantes del mundo, HBO, que aplica unos exhaustivos filtros en aras de obtener la calidad tanto en contenidos como en realización audiovisual. Una vez más, el ex líder de Podemos, que se pegó un tremendo batacazo electoral en las últimas elecciones autonómicas de Madrid, acude a las teorías conspirativas para justificar sus eslóganes políticos:

Iglesias, que aspira a una plaza de profesor en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, se atreve a hacer una furibunda crítica a un programa de televisión sin haberlo visto. Un gran ejemplo para sus futuros alumnos. Además, criminaliza y condena no sólo a un grupo de periodistas, hacia quienes no oculta una inquina personal y un odio exacerbado, que durante años han desvelado las miserias de Podemos, sino que además descalifica a otros 45 profesionales que colaboran en la producción de la serie. Entre ellos, Ana Pardo de Vera, del diario Público, medio en el que Iglesias disfruta de una colaboración periodística desde su etapa de directora.

Los problemas de Juan Carlos

“El problema no es Juan Carlos. Ni la personalidad de Juan Carlos ni las historias sentimentales de Juan Carlos. El problema  es lo que significa esa institución en términos de inviolabilidad, en términos de impunidad, en términos de compromisos de una serie de sectores del estado con una visión muy conservadora de lo que tiene que ser España”.

Iglesias deforma la realidad y el contenido del documental Salvar al Rey cuando manipula el contenido de los programas y presenta un enfoque engañoso: “Ahora le linchan (a Juan Carlos I) hablando básicamente con las señoras que se acostaba, básicamente para blindar al otro. Ya está bien de tomar el pelo a la gente”.

También olvida que los periodistas a los que señala han descubierto en los últimos cuarenta años los casos más importantes de la corrupción política y económica de España (Mariano Rubio, Filesa, GAL, escuchas del Cesid, Juan Guerra, secuestros de mendigos, Roldán, Paesa, De la Rosa, Urdangarin, Pujol, papeles de Bárcenas, patrimonio exterior de Juan Carlos I y caja B del PP, entre otros). Muchas de esas revelaciones periodísticas fueron aprovechadas por Izquierda Unida -cuando Iglesias militaba en la coalición de Anguita- y posteriormente por Podemos para obtener réditos políticos contra el PP o el PSOE.