España
Entrevista a Guillermo Gortázar

Guillermo Gortázar: «Sánchez es el culmen del presidencialismo»

Guillermo Gortázar Echeverría (Vitoria, 1951), historiador y abogado, acaba de publicar «El cesarismo presidencial», un libro que analiza 40 años de democracia en los cuales los distintos presidentes del Gobierno han ido acaparando cada vez más poder. Durante una entrevista concedida a OKDIARIO, Gortázar sostiene que Pedro Sánchez representa la culminación de este proceso autoritario de corte presidencialista que ha desvirtuado el sistema de monarquía parlamentaria diseñado por la Constitución de 1978.

Según el historiador, lo que comenzó como un sistema de monarquía parlamentaria se ha transformado en una «monarquía presidencial» donde los presidentes han acaparado progresivamente más poder. «El que tiene poder no solo aspira a mantenerlo, sino a ampliarlo», explica Gortázar quien considera que «Sánchez ha llegado a la cumbre del Himalaya», aunque reconoce que ya «parte de 7.000 metros», es decir, que ha incrementado un poder que ya venía concentrándose desde décadas anteriores. La diferencia con sus predecesores radica en el descaro: «Es un tipo que no tiene ni siquiera disimulo. Le gusta ejercer abiertamente el cesarismo».

Paradójicamente, fue Adolfo Suárez, «un demócrata» según Gortázar, quien sentó las bases del presidencialismo español con tres decisiones clave. Primero, el traslado de la sede presidencial a la Moncloa, un complejo de 20 hectáreas que no tiene equivalente en ninguna monarquía parlamentaria europea. «El 10 de Downing Street es un chalecito adosado», compara el historiador.

El segundo error fue crear un reglamento del Congreso excesivamente restrictivo que convierte a los diputados en meros votados sin capacidad real de intervención. Finalmente, la ley electoral otorgó un poder desproporcionado a pequeños partidos nacionalistas como el PNV y Convergència i Unió, convirtiéndolos en «decisores sobre el conjunto de España».

Aunque Sánchez representa el culmen del proceso, Gortázar identifica en Felipe González al verdadero protagonista del presidencialismo español. Durante sus gobiernos se dictaminaron las leyes del Tribunal de Cuentas y del Consejo General del Poder Judicial, se confirmó la ley electoral y se consolidó el control sobre los medios públicos. «Todo el sistema en gran medida se debe a Felipe González», sentencia el historiador.

Los presidentes posteriores se limitaron a aprovechar o ampliar este marco de poder concentrado, pero fue Sánchez quien lo llevó a sus últimas consecuencias, gobernando «a golpe de decreto» y ejerciendo un control sin precedentes sobre las instituciones.

El presidencialismo español ha generado lo que Gortázar califica como una «diarquía» entre el Rey y el presidente del Gobierno. Esta situación se refleja en detalles protocolarios aparentemente menores pero simbólicamente significativos, como que el jefe del Ejecutivo acompaña al Rey en los saludos oficiales «como si fuera un miembro de la familia real».

Esta concentración de poder simbólico en la Moncloa, con «un aparato superior al de la Zarzuela», sitúa al presidente del Gobierno por encima de su rol constitucional como uno de los tres poderes del Estado.

A pesar del diagnóstico sombrío, Gortázar mantiene un mensaje de esperanza. España cuenta con «una alternativa política, una prensa libre, jueces independientes que quieren que se cumpla la ley» y el marco de la Unión Europea como límite a los excesos presidencialistas.

Sin embargo, advierte que la solución no pasa por «revertir» sino por «reformar». Las propuestas del historiador incluyen abandonar la Moncloa por una sede más modesta, cambiar el reglamento del Congreso, reformar la ley electoral y modificar completamente la Ley del Poder Judicial para que no sean los políticos quienes nombren a los jueces.