García-Escudero cree que «sería terrible aplicar un tijeretazo sin precedentes» al Senado
El presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha alertado de que «sería terrible» que el aniversario de la Constitución Española coincidiera con un «tijeretazo sin precedentes al poder legislativo», en especial al Senado en referencia a la intención del Gobierno de limitar la capacidad de veto del Senado al techo de gasto con una enmienda en otra ley.
García-Escudero, quien ha impartido en el Colegio Notarial de Valencia una conferencia sobre el papel del Senado como Cámara de representación territorial, ha mostrado su «gran preocupación» por la pretensión del actual Gobierno de «anular» el papel del Senado en la aprobación del llamado techo de gasto por las Cortes Generales.
En su opinión, si esto llegara a ocurrir, si el Gobierno cambiara la ley en una cuestión «tan esencial» como es el objetivo de estabilidad presupuestaria sin otra razón que la de «sortear su actual situación de minoría parlamentaria, entonces el equilibrio de poderes del sistema democrático quedaría «lastrado».
«Sería tristemente paradójico que algo así sucediera precisamente ahora, cuando estamos conmemorando los cuarenta años de nuestra Constitución», ha aseverado García-Escudero.
García-Escudero ha reivindicado que una de las funciones «nucleares» del Senado, además de aprobar leyes o controlar la acción del Gobierno, es la presupuestaria, por lo que cualquier posible merma en este apartado conllevaría «una merma en la calidad de la democracia parlamentaria».
El presidente del Senado ha afirmado que «es muy triste» el desconocimiento que hay de esta institución en muchos diputados y en «algunos presidentes del Gobierno», y ha lamentado que se diga que la Cámara Alta «no vale porque no me viene bien».
En su opinión, la reforma del Senado ha sido imposible hasta ahora por cuestiones de política autonómica, y ha lamentado la «contumaz deslealtad» de los partidos políticos independentistas con el modelo territorial acordado en el pacto constitucional de 1978, ese que «tanto vituperan» los «secesionistas».
«Sería fantástico que reformar el Senado pudiera servir para despertar entre los partidos independentistas ese espíritu de lealtad constitucional» a la democracia y a la estabilidad política, ha admitido García-Escudero, quien ha añadido que no es «tan iluso» como para pensar que el Senado tiene «tanto poder».
Respecto a una posible reforma de la Constitución, ha destacado que debe hacerse con visión de Estado, para fortalecerla y nunca al albur de la coyuntura política, mientras que ha hecho hincapié en que nunca se cambia la ley para dar la satisfacción a sus infractores.
Ha abogado también por la necesidad de «constitucionalizar» la política, es decir, con la guía de ese espíritu buscar soluciones de consenso a asuntos de interés general que necesitan soluciones urgentes e inaplazables, como la inmigración, la erradicación de la violencia de género, la educación o la competitividad de la economía.
García-Escudero ha admitido que la reforma del Senado nunca ha suscitado «oleadas de entusiasmo» entre los partidos nacionalistas, y ha hecho un llamamiento a los partidos constitucionalistas a no anteponer ningún «interés sectario» a la unidad de España. EFE
Lo último en España
-
Muere un operario de Tragsa tras el derrumbe de un colegio en Masanasa
-
David Horrillo, nominado a mejor profesor de España: «En la ESO escriben igual de mal que con el móvil»
-
Un hombre mata de un disparo a su mujer y después se suicida en Estepa (Sevilla)
-
La razón por la que los autobuses de Madrid son de color azul
-
Begoña Gómez quería captar a «grandes empresas» para asegurar la «sostenibilidad económica» de su software
Últimas noticias
-
Jannik Sinner, el rey de la velocidad
-
Muere un operario de Tragsa tras el derrumbe de un colegio en Masanasa
-
Sin trampa ni cartón: los clientes dicen que esta es la marisquería con mejor calidad-precio de Madrid
-
El PP de Calvià y Vox sellan el acuerdo para la aprobación de los Presupuestos municipales de 2025
-
La COP29 acuerda una financiación de 300.000 millones de dólares decepcionando a países en desarrollo