España

El cine español enmudece ante Sánchez en los Goya y olvida el ‘no a la guerra’

A las puertas de una posible batalla internacional a cuenta de la crisis en Ucrania y la amenaza de invasión por parte de Rusia, un conflicto en el que España ya se ha implicado activamente con el envío de varios cazas de combate y de una fragata, los ecos del celebérrimo ‘No a la guerra’ que el mundo del cine gritó a los cuatro vientos en la gala del año 2003 asomaban como una posibilidad. Pero nada más lejos de la realidad: el presidente Pedro Sánchez sólo escuchó el silencio más absoluto en este sentido. Ninguna crítica, ninguna pasarela de pegatinas, ninguna performance en el escenario clamando contra el Gobierno por significarse en un conflicto armado: nada.

En esta ocasión, los referentes del mundo del cine español consideraron que no tocaba mostrarse contrarios a la participación de España en un conflicto armado internacional que para nada afecta directamente a este país. Pedro Sánchez mostró su apoyo desde el minuto cero a la OTAN en la crisis con Rusia y ya ha enviado cuatro cazas de combate Eurofighter para desplegarse en una misión en la base de Graf Ignatievo, en Bulgaria, país con costa al Mar Negro, por el que también navegará la fragata militar Blas de Lezo. Este despliegue supone toda una declaración de intenciones sobre la implicación directa de España en una eventual guerra en Ucrania.

Pero en esta ocasión, estos movimientos no han incomodado a actores y directores: no lo suficiente, al menos, como para mostrar en público su disconformidad con la participación de España con un Gobierno socialista en la Moncloa.

Todo lo contrario a lo que aconteció en el año 2003. Entonces era el Partido Popular de José María Aznar el que mandaba en Moncloa, y era el republicano George W. Bush quien lo hacía en la Casa Blanca. Estados Unidos se preparaba para iniciar un ataque contra el régimen de Saddam Hussein en Irak, año y medio después de los atentados del 11-S, y el Gobierno español mostró su apoyo a la ofensiva norteamericana.

Ese apoyo fue pecado mortal para el mundo del celuloide español, que convirtió la gala de aquel año 2003 en un estruendoso acto político presentado por los actores Willy Toledo y Alberto San Juan quienes, de un tiempo a esta parte, han llenado más páginas por sus proclamas ideológicas que por sus trabajos artísticos, especialmente el primero de ellos. Aquella gala fue creada por el grupo Animalario, y en el recuerdo quedó la colección de imágenes, discursos y diatribas contra el apoyo del Gobierno del PP a la intervención militar en Irak.

Aquel «no a la guerra» que sentenció Javier Bardem al recoger su Goya por su trabajo en ‘Los lunes al sol’ tenía una alfombra roja para ser recordado ante la implicación armada española en este 2022. Pero Bardem, de nuevo galardonado por otro filme heredero emocional de aquel, y como aquel también dirigido por Fernando León de Aranoa, calló en esta ocasión ante un Gobierno socialista.