La bomba demográfica de la que se olvida Podemos
Podemos acaba de presentar una propuesta de reforma de las pensiones con la que pretende derogar las que se aprobaron en 2011 y 2013 con los Gobiernos de Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, con las cuales se pretendía asegurar la sostenibilidad del sistema a base de reducir la cuantía en términos reales de las pensiones
A pesar de estas reformas, como ya explicamos, el sistema de reparto está caduco, tanto por el déficit que actualmente padece la Seguridad Social —en torno a 20.000 millones de euros en este ejercicio— como por el futuro demográfico que nos espera en España en las próximas décadas que ejerce como una de las patas de las que depende un sistema de reparto o fraude piramidal como el que tenemos —los últimos en entrar pagan a los primeros, al puro estilo Madoff —.
Desde Podemos afirman que estos hechos no deben “usarse para desmantelar el sistema público de pensiones”, pero es aún más irresponsable el tratar de tapar la realidad tanto presente como futura engañando a la población por pura estrategia electoral, al mismo tiempo que se esquilma todavía más a impuestos y costes regulatorios a empresas y trabajadores.
Porque justamente lo que pretende Podemos es arreglar todo el desaguisado de nuestro sistema de pensiones por el lado de los ingresos, al mismo tiempo que dispara el gasto. En concreto, la formación morada propone reducir la edad de jubilación a los 65 años, excepto en el caso de las personas que si llegados a los 61 años ya hayan cotizado 35 —momento en el cual ya pueden jubilarse de forma anticipada—; volver a indexar las pensiones; reducir la base reguladora a los 20 años de mayor salario —actualmente se toma en cuenta la cotización de los últimos 25 años trabajados—; y eliminar el factor de sostenibilidad que tiene en cuenta la esperanza de vida para el cálculo de la cuantía de la pensión.
Todo ello se financiaría principalmente (i) incrementado el salario mínimo a los 950€/mes en 14 pagas, esto es, aumentaría en más de un 34%, lo que afectaría muy negativamente al empleo, tal como muestran Hristos Doucouliagos y T.D. Stanley, lo que podría provocar una caída en el empleo de en torno a un 6,5% —1,2 millones de empleos en términos absolutos—, además de otras vías por las cuales esta subida puede afectar de manera negativa a la economía, como bien explica el profesor Juan Ramón Rallo; (ii) encareciendo la contratación temporal y a tiempo parcial; (iii) destopando las bases de cotización máxima —lo que elevaría el tipo efectivo del 21,2% al 28,3% legal—; (iv) y suprimiendo las reducciones de las cotizaciones sociales implementadas en los últimos años.
Lo que llama la atención de la propuesta realizada por Podemos es que no le da ninguna importancia a la bomba demográfica que nos espera en España en los próximos años, es más, de forma totalmente incoherente se dice que “lo relevante no es el cociente entre la población mayor de 65 años y la población en edad de trabajar, sino la relación de personas que no trabajan y las ocupadas”; esto es, la tasa de dependencia siempre es mayor que la tasa de dependencia de las personas mayores de 64 años, algo que juega aún más a la contra para el caso de las pensiones, ya que las mismas personas que pagan las cotizaciones a la seguridad social son las que soportan la mayor parte de la carga impositiva que permite sostener las cuentas del Estado.
Además, se sirve de las diferencias entre los datos de proyecciones tanto del INE como del Eurostat para afirmar que existe “una gran incertidumbre sobre la magnitud” del aumento del número de personas mayores de 65 años con respecto al resto de la población. Es cierto que existen diferencias entre ambas proyecciones de población sobre todo en lo relativo a los flujos migratorios netos, en los que la agencia estadística europea estima a partir de 2020 entradas netas superiores en 50.000 personas a las previstas por el INE, si bien con respecto a últimas proyecciones el Eurostat ha rebajado sus estimaciones en más de 100.000 entradas netas a partir del año 2040.
En el otro punto en el que divergen ambas agencias en el número de nacimientos, en el que el INE estima que el número de nacimientos se situará entre los 400.000 y 300.000 anuales en el período 2016-2060, y Eurostat proyecta que los nacimientos anuales para el mismo período serán de entre 400.000 y 500.000. Cabe apuntar que las entradas de inmigrantes y el número de nacimientos dependen en buena medida de la buena marcha de la economía y la capacidad de creación de empleo, algo que, como hemos comentado, con la propuesta de Podemos se verá altamente comprometida.
Lógicamente, estas diferencias afectarán a las tasas de dependencia estimadas, pero en ambas proyecciones se espera un gran incremento, desde el 28,8% actual hasta el 68,2% en el caso del INE, para 2050, mientras que Eurostat espera que el porcentaje de personas mayores de 64 años con respecto a la población en edad de trabajar sea cercana al 60% para el mismo año. La esperanza de vida tanto al nacer como a los 65 años también se verá incrementada para ambos estudios; pasando, según el INE, de los 79,94 años en los hombres a los 86,57 y de los 85,41 años en las mujeres a los 90,14 en 2051, siendo a los 65 años la esperanza de vida de 23,50 años para hombres —frente a los 18,81 actuales— y de 26,86 años para las mujeres —frente a los 22,67 actuales—; Eurostat espera que la esperanza de vida al nacer llegue a los 84,8 años en 2050 y que la esperanza de vida a los 65 años sea de 22,3 años, en el caso de los hombres; y que para las mujeres la esperanza de vida al nacer sea de 89,4 años y que la esperanza de vida a los 65 años sea de 25,9 años.
En definitiva, Podemos presenta una propuesta de reforma de las pensiones del todo irreal al olvidarse por completo de la bomba demográfica que nos espera en España que solo se podrá solucionar gracias al ahorro individual y no a través de esquilmar con más impuestos a unos trabajadores que tendrán que soportar el peso de una pirámide invertida. Podemos, donde podrá tener éxito es en entre su votante medio —“urbano, joven y económicamente privilegiado”—, pero como en el caso de las pensiones, Podemos se olvida que la población no vive en el País de Nunca Jamás, que se hace mayor, adquiere responsabilidades y va conociendo el peso que ejerce el Estado sobre su trabajo, en ese momento se dejan de creer que es posible el Cielo en la Tierra como les promete el partido de Pablo Iglesias.
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