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La incertidumbre ocasionada por la pandemia lleva al oro a las puertas de su máximo histórico

El oro, uno de los activos refugio en momentos de incertidumbre, ha rebasado los 1.900 dólares por onza y está a un paso de superar su precio máximo histórico, alcanzado en 2011, aunque los expertos creen que aún tiene recorrido al alza y que podría llegar incluso hasta los 2.200 dólares.

El metal dorado tocó los 1.906 dólares por onza el viernes, aunque luego se instaló en torno a los 1.900 dólares. El precio máximo al cierre se registró el 5 de septiembre de 2011 y fue de 1.900,20 dólares por onza, pero el 6 de septiembre de 2011 llegó a tocar los 1.921,17 dólares por onza.

Los expertos consideran que hay varios factores que están propiciando el alza del precio de metales como el oro. Entre ellos, destacan la incertidumbre que vive el mercado por la epidemia de coronavirus, las tensiones entre EE.UU. y China, y la política monetaria aplicada por los bancos centrales, que sigue impulsando los tipos de interés hacia terreno negativo en un intento de estimular a las economías más afectadas por la crisis de la Covid-19.

En este sentido, el director de Materias Primas de Vontobel Asset Management, Michel Salden, asegura que los inversores están acudiendo en masa a los activos reales, dando la espalda a la renta fija, que está marcada por unos rendimientos negativos tras esa acción de las instituciones monetarias.

El analista también manifiesta que las restricciones de la oferta debido a los confinamientos derivados del coronavirus están provocando un suministro de metales limitado, lo que propicia el aumento de su precio.

Para el analista, el aumento del oro y de otros metales como la plata y el cobre no son los signos fugaces de una fuerza efímera, sino más bien las señales de una trayectoria positiva a largo plazo.

Desde Naxitis IM también atribuyen este buen comportamiento del oro a que, en el momento actual, los tipos de interés y los rendimientos de buena parte de la renta fija tienden a cero o incluso a negativo, por lo que los inversores están empezando a tomar este metal como un elemento defensivo para las carteras.

El analista de IG, Diego Morín, recuerda que, desde finales 2017 a principios de 2018, el oro ya marcó niveles importantes de compra, con un precio de entre 1.100 y 1.200 dólares por onza. Desde esos momentos hasta hoy, el oro se ha revalorizado en torno a un 70%.

«La subida del oro se debe al miedo y a la incertidumbre que existe por el coronavirus», apunta Morín, quien prevé que la tendencia del metal siga siendo alcista, ya que, en su opinión, las tensiones entre EE.UU. y China «también están alimentando mucho la fuga a activos refugio». Morín espera que el oro supere a finales de año los 1.950 dólares por onza, aunque, desde Vontobel, sus analistas ven posible que se sitúe por encima de 2.200 dólares.

También el analista de XTB Joaquín Robles atribuye la fuerte revalorización del oro al aumento de los «muchos focos de tensión e incertidumbre» que existen el mercado, como las perspectivas económicas tras la pandemia o las tensiones comerciales entre EE.UU. y China.

«Esto ha hecho que los inversores busquen de nuevo refugio en activos como el oro», concluye. El oro empezó el año por encima de los 1.500 dólares por onza y superó el nivel de los 1.600 dólares a mediados de febrero.

Sin embargo, en marzo, al irrumpir la epidemia de coronavirus en Europa, el precio llegó a bajar de los 1.500 dólares al optar los inversores por la liquidez total. El precio se recuperó al final de ese mes y en abril llegó a los 1.700 dólares. A finales de junio, el oro se asomó a los 1.800 dólares, nivel que superó a principios de julio.